Avatar: La princesa azul

Libro Uno: Aire Capítulo tres: El Templo del Aire del Sur( parte 2)

La única luz que iluminaba el santuario venía de la puerta detrás del trío. Todo lo que encuentran son las estatuas, dispuestas en un patrón circular, en espiral a través del piso y subiendo por las paredes de la cámara.

"¿Estatuas?" Preguntó Sokka decepcionado mientras se paraba frente a uno de ellos. "¿Eso es? ¿Dónde está la carne?

Azula puso los ojos en blanco. "Los Air Nomads eran vegetarianos", señala. "No encontrarás carne aquí de todos modos".

La respuesta de Sokka fue un simple gemido.

"¿Quienes son todas esas personas?" Pregunta Katara, examinando una de las estatuas. "Este está vestido como un maestro agua".

"Si tuviera que adivinar", comenzó Azula mientras miraba alrededor de la habitación, "diría que cada estatua es de un Avatar diferente".

"¿Cómo puedes saberlo?"

"Todos están dispuestos en el mismo patrón", dijo Azula, señalando cada estatua. "Aire, agua, tierra y fuego. Ese es el ciclo Avatar ".

"Entonces, ¿estas son todas tus vidas pasadas?" Katara pregunta mientras llega a la estatua en el centro. "¿Quien es este?"

Azula mira la estatua con atención. Ella ha visto al hombre antes, pero solo en imágenes. "Ese es Avatar Roku. Él era el Avatar de Fuego antes que yo ". Luego bajó y nombró a la maestra tierra. " Ese es Avatar Kyoshi, su predecesor ". El maestro agua masculino. " Avatar Kuruk ". Y la maestra aire. " Avatar Yangchen ".

"Entonces, ¿dónde está este chico Aang?" Pregunta Sokka. "¿Dónde está su estatua?"

"Era solo un niño cuando la Nación del Fuego atacó los templos aéreos", detallado Azula. "Probablemente no haya tenido tiempo de hacer uno".

"Está bien", asintió Sokka. Pero ¿qué pasa con los otros dos? ¿Los Avatares de Agua y Tierra? ¿Que les pasó a ellos? "

"Probablemente ellos también murieron", respondió Azula con frustración. "Mira, no sé todo lo que saben los Avatares pasados".

"Sabías el nombre de ese tipo de la estatua", Dijo Sokka. "Te escuché decir su nombre".

"Eso ..." Azula todavía no estaba segura de cómo conocía ese nombre. Ni siquiera estaba segura de cómo había tenido esa maldita visión.

Un ruido de deslizamiento hace que Sokka chille y sostenga su garrote. Azula y Katara también se vuelven hacia el sonido. Lo que vieron los tres fue una pequeña criatura con un largo pelaje marrón rojizo y un pelaje marrón rojizo oscuro en las piernas, su rostro claro marcado con marcas de lágrimas.

"Es un hurón de fuego", dice Azula. Aunque debería ser imposible. No se sabía que los hurones de fuego vivieran en áreas montañosas.

Un Sokka babeante se estaba lamiendo los labios. "¡Es la cena !"

El animal aguzó las orejas e inclinó la cabeza mientras miraba a los tres.

Azula se apresuró a agarrar al chico de la Tribu Agua antes de que pudiera abalanzarse sobre el roedor. "No te estás comiendo el hurón de fuego, Sokka".

"¡ Puedo y lo haré !"

Se las arregla para escapar del agarre de la princesa mientras persigue al animal, que se escapa rápidamente para escapar del adolescente hambriento. Azula gruñe antes de encontrarse a sí misma persiguiéndolo.

Todos corren por el templo. Cada vez que Sokka piensa que atrapará al hurón de fuego, de alguna manera lo evade. Azula lo persigue, maldiciendo al idiota por pensar más con su estómago. Finalmente, la persecución conduce a un balcón. El hurón de fuego salta más allá de la barandilla y aterriza en las rocas que sobresalen del acantilado. Salta de roca en roca a medida que avanza hacia abajo.