30-Octubre-2020.
Silenciosamente comenzó a consumirme.
Posó sus garras sobre mí y se adhirió a mi cuerpo como una sanguijuela, se devoró todos mis anhelos, mis deseos; me quitó las ganas de vivir y lo único que me dejó fueron miedos.
Cuando hablas de un asesino, las personas en su mayoría piensan en alguien que viene a hacerte daño, que mutila y arrebata la vida.
Pero, en mi caso; quién me está matando poco a poco no es una persona, es algo etéreo; algo que muchas personas no podrían entender por más que tratara de explicárselos.
La apatía, es mi asesino silencioso.