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POV MINA

Después de unos minutos en metro llegué a mi clase de piano. El clima afuera era realmente frío, así que mi buen humor hoy era evidente.

Al entrar uno de mis profesores estaba junto al gran piano negro, claramente lujoso, me sonrió y dejó sus lentes encima de aquel instrumento

-Señorita Myoui- me dedicó una sonrisa sincera para luego hacer una seña con la mano para que me siente en el banquillo que estaba a su lado

-Buenos Días, Mrs Jackson- sus clases eran realmente buenas, ese hombre era alegría pura aparte de ser muy inteligente.

-Okay, empecemos entonces con la práctica de la Sonata Nº4: Fantasía oriental de Balákirev- estaba tan calmado como si fuera a enseñarme a tocar el "Feliz cumpleaños" y no una de las piezas más complejas para piano.

Pasaron las 3 horas de mi clase y al fin tuve la oportunidad de salir a comer algo y a caminar un poco.

El clima hoy era realmente bueno, las temperaturas bajas siempre fueron mis favoritas porque amo usar gorros y bufandas. Salir a caminar con un café en la mano y mi cámara colgada al cuello, ya se volvió parte de mi rutina diaria, es algo que hago a menudo desde que llegue a New York.

Entre a la cafetería de mi escuela, que era muy buena para serles sincera, y vi que todas las mesas estaban ocupadas, realmente no me sorprendí porque era algo usual en mi Universidad. Llegue hasta una máquina de café y metí un dólar para luego colocar el vaso que salía de una pequeña cabina, y así empiece a llenarse de ese exquisito líquido que tanto amaba. Cuando terminó, lo agarré y me dirigía a la salida cuando encontré con Sana, una adorable Japonesa de la cual me hice amiga el mismo año que entré a mi carrera. Era alta y tenía el pelo rojizo junto a unos hermoso ojos azules cielo era realmente llamativa

- Mina! - exclamó mi eufórica amiga para luego abrazarme.

Sana era mi única amiga en la universidad, realmente me costaba hacer amistades o hablar con las personas, de hecho si ella no se hubiera acercado el primer día a hablar, seguramente hoy no tendría a nadie ahí para distraerme de vez en cuando.

-Hola, sana- le devolví el abrazo

-Oye, mucha suerte en tu examen hoy, quiero decir, no sé porque te doy suerte si tu ni la necesitas, siempre sacas buenas notas- divagó -pero igual suerte!- no pude evitar reír con lo adorable que era

- Gracias, de verdad- le sonreí -me tengo que ir a mi clase, hablamos por la noche?- pregunté, era algo que hacíamos a menudo y realmente disfrutaba hablar con alguien que no sea mi madre, aparte de que mi amiga siempre tenía anécdotas muy graciosas para contarme.

-Claro que si, adiós- recibí un nuevo abrazo leve de mi amiga y me dirigí a la salida.

                            ~•~

Pasaron las horas y ya me encontraba sentada en el metro que me lleva a mi casa, hoy había sido un buen día, el examen fue relativamente fácil y mi clase de historia fue muy interesante.

A pesar de que mis días no eran malos no podía evitar pensar en lo aburridos que eran al mismo tiempo, mi vida era algo monótona, no era mala, pero a veces sentía que no estaba viviendola al 100%. Estaba viviendo en la ciudad de mis sueños y lo único que hacia era ir a la universidad, volver a mi casa y luego tomar algún paseo de vez en cuando, pero intentaba no culparme o agobiarme ya que era algo común en una persona con ansiedad como yo, aunque a veces era incapaz de no enojarme conmigo misma por no poder simplemente hacer la vida de cualquier persona de 20 años.

Decidí cocinar algo de pasta para luego ver alguna serie hasta tener sueño.
Me senté en el sofá y vi como el celular se iluminaba dejando ver una notificación

.𝙏𝙞𝙚𝙣𝙚𝙨 𝙪𝙣 𝙣𝙪𝙚𝙫𝙤 𝙢𝙚𝙣𝙨𝙖𝙟𝙚 𝙙𝙚 MOMO.

Momo era mi ex novia, fuimos pareja casi dos años, fue el típico amor de adolescencia en el que piensas que encontraste a tu alma gemela y quieres vivir la vida juntas para siempre, pero eso no pasa. Terminamos relativamente bien por lo que debes en cuando hablamos por chat. Alguna vez llegué a pensar que volveríamos a ser pareja pero luego me di cuenta que en realidad no sentía nada. Estuve con otras mujeres antes y después de Momo pero nunca sentí algo más que atracción física o dependencia emocional por lo que decidí aprender a estar sola, y lo logré.

Bueno y hombres... realmente no eran lo mío, lo descubrí a los 11 años cuando un niño de mi escuela quería ser mi "novio" pero yo estaba obsesionada con mi profesora de matemáticas, no fue difícil para mí descubrir lo hermoso que era estar con mujeres, en todos los sentidos.

Hablé con Momo un par de minutos y me recoste en el inmenso sofá de mi cama para ver la serie, pero la realidad es que me quede 20 minutos mirando al techo simplemente pensando y divagando entre muchos pensamientos, como me pasaba a menudo.

En menos de un minuto había determinado que el viernes iría al cine, sola, a disfrutar una buena película mientras como algo de palomitas y tomo un refresco, no sé de dónde vino ese impulso de querer salir y cambiar un poco mi rutina, pero ya estaba decidida.

Me dirigí a mi habitación para dormir y terminar otro día más.






Ramé - MINAYEON Donde viven las historias. Descúbrelo ahora