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Ambas mujeres habían perdido la noción del tiempo ya que se habían encontrado disfrutando mucho la compañía una de la otra, Nayeon logró ver un lado más relajado de la joven Mina, era una comediante por naturaleza, no habían tenido ni un minuto sin algún ataque de risa por algo que había contado o dicho. Mina por su parte estaba encantada de como la mujer más grande siempre tenía un tema del que hablar, incluso cuando se empezaban a formar los silencios incómodos ella estaba segura de que la morena diría algo, lo cual realmente se lo agradecía.

Habían terminado su comida hace minutos pero ninguna tenía noción del tiempo que llevaban en aquel café.

No fue hasta que el señor, que las había atendido, subió a preguntarles si querían la cuenta que volvieron al mundo real.

-Por supuesto- dijo Nayeon y se dispuso a buscar sus tarjetas

El hombre dejó la cuenta en la mesa y bajo, ellas debían pagar en la caja que estaba en el primer piso junto a la puerta de salida.

La mujer mayor vio como Mina sacaba de su bolso dinero para pagar y se apresuró a decirle -No hace falta que me des dinero, Mina, yo te invite así que la cuenta la pago yo- le sonrió.

-Puedo pagar mi parte- insistió la joven pero solo recibió un "no" de parte de la mujer

-No, en serio, esta vez invito yo- le dijo sonriendo -Quizás la próxima vez puedes invitarme tu- apresuró a decir mientras sostenía su black card

-Entonces si quiere verme otra vez- pensó Mina

-Esta bien, pero la próxima vez no pagarás nada- dijo en tono divertido mientras veía la sonrisa satisfecha de la mujer mayor

Ambas bajaron y luego de pagar se dirigieron al auto de Nayeon

-Puedes poner música si quieres- le comento la mujer -incluso puedes conectar tu celular-

-Puedo?-

-Claro que si- sonrió la morena mientras veía como Mina agarraba su celular y lo conectaba al bluetooth del auto.

Segundos más tarde "Sweater Weather" de The Neighborhood sonaba de fondo.

Mina satisfecha giró un poco su cuerpo hacia la ventana para poder ver la ciudad en la que vivía, pasar. Amaba la arquitectura de aquel lugar, era tan diferente al lugar donde se había criado que a pesar de pasar ya dos año de vivir ahí, seguía admirando todo como el primer día. La joven se perdió un poco en sus pensamientos mientras disfrutaba la vista, estaba tan relajada y disfrutando tanto el viaje que empezó a cantar la canción que sonaba en la radio de aquel auto, en voz baja pero clara, Mina había tomado clases de canto cuando era pequeña ya que su madre cuando la escucho cantar por primera vez supo que tenía potencial.

Nayeon no pudo evitar sorprenderse al escuchar la voz de la joven que iba con ella, cantaba excelente, su voz era limpia y entonaba mejor que nadie, a pesar de que cantaba algo bajo, la morena prestó atención y se encontró pidiendo por favor que la canción no acabara, quería seguir escuchando la voz tan dulce que Mina tenía, ella no le había comentado que sabía cantar o que le gustaba hacerlo, sin embargo, Nayeon sabía que la joven llevaba la música en las venas.

La canción terminó lo que hizo Mina volviera en si, se giró hacia Nayeon y la encontró mirándola con una leve sonrisa en su rostro

-Esa es mi canción favorita- le contó -La escucho siempre hace años y nunca deja de ser perfecta para mi- Mina sonrió -Tienes alguna canción que te haga sentir lo mismo?- la miro expectante

-hmm si- Nayeon se aclaró la garganta -Yellow- paro en un semáforo y la miró -de coldplay- Mina la miraba fijamente prestando atención, Nayeon por su parte miraba cada centímetro del rostro de la joven, quería ver cada detalle, cada lunar, cicatriz o incluso cada peca que tenía la joven, su belleza era increíble.

-La escuche, es una muy buena canción- dijo sinceramente la joven -Te gusta por algo en especifico? quiero decir por la letra o quizás porque te hace recordar algo o alguien?- su cuerpo se giro completamente hacia Nayeon, tenía mucho interés en la mujer mayor, quería conocerla mejor y ella sabía que para conocer a alguien al 100% tenías que conocer su amor por la música

Nayeon la vio girarse y la miró unos segundos para volver su vista a la carretera

-La escuche cuando venía a Estados Unidos, en el avión, supongo que es por eso, es la canción que me acompañó a dar este paso-

Mina asintió y dijo un "entiendo" muy suave, volvió a mirar por la ventana, el silencio que se había formado ya no era incómodo, ella disfrutaba la música que sonaba y la vista, Nayeon por su parte disfrutaba los pequeños segundos que Mina cantaba las canciones que iban soñando en la radio, se auto felicitó por haberse animado a hablarle y por invitarla a comer, y se dijo a sí misma que la mantendría cerca todo el tiempo posible porque estaba segura que Mina valía la pena.

-Es aquí- señaló el gran edificio frente a Central Park.

Nayeon se limitó a mirarla tomar su bolso y sus llaves, mientras sonreía inconscientemente

-Gracias Nayeon- Era la primera vez que Mina decía su nombre -Disfrute mucho la cena, tenías razón, nunca había comido una hamburguesa tan buena- rió

-No tienes que agradecerme nada- la morena se llevó una mano a nuca mientras sonreía evitando la mirada de Mina -Me gustó pasar tiempo contigo-

-A mi igual- la joven no sabía que hacer o decir en ese momento, no solía sociabilizar tanto -Bueno... nos vemos luego, supongo- dijo mientras habría la puerta del auto

Nayeon estaba perdida en la mujer que tenía en frente y casi se le olvida que no tenía nada más que su dirección para volver a contactarla

-Oye espera- Mina se giró -Me darías tu número?- la joven sonrió y se sentó otra vez en el asiento del copiloto

-Dame tu celular- le dijo a la mujer mayor

-wow no pensen que tan pronto empezaríamos a controlarnos- dijo rihanna mientras se reía y saca su celular del bolsillo

-Idiota- rió Mina, agarró el celular de aquella mujer y anotó su numero.

Nayeon vio como la joven se acomoda el cabello para luego sacarse una selfie, no pudo evitar sonreír al ver lo tierna que estaba haciendo algo tan simple como sacar una foto.

-Aqui tienes- le dijo mientras le devolvía el celular -cuando tengas tiempo simplemente mandame un mensaje-

Mina le regaló una sonrisa amplia y salió del auto. Nayeon la vio entrar y cuando desapareció por aquel largo pasillo volvió a mirar el celular.

La fotografía era adorable, dejaba ver su sonrisa y sus blancos dientes.

Nayeon no pudo evitar pensar en lo adorable que se veía, guardo su celular y se dirigió a casa.

Había sido una noche increíble.

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Ramé - MINAYEON Donde viven las historias. Descúbrelo ahora