Capítulo Final

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Al día siguiente, fui a realizar compras con el dinero que Leon me había dado, me conseguí ropa más cómoda y un nuevo teléfono. Respecto a lo ocurrido la noche anterior no lo hemos hablado, lo hemos estado ignorando, en realidad aquel momento fue muy incómodo, bueno no exactamente esa parte donde... eso, sino más bien cuando fuimos interrumpidos, pero bueno, quizás solo fue atracción, después de todo Leon es muy guapo. 

 Al caminar por unas tiendas observé unos auriculares y decidí comprármelos. Descargué buena música y de mi bolsillo quité unas tarjetas donde estaban los números de teléfono del agente Kennedy y Hunnigan, los agendé a mi lista de contactos. 

 Miré a mi alrededor y suspiré, todo parecía tan normal. Los comerciantes vendiendo sus productos, las personas comprando felices. 

 ¿Causa emoción realizar compras en un centro comercial? 

 Ya no recuerdo la última vez que fui de compras al shopping para divertirme y pasar el rato... 

Suspiré y miré el teléfono, decidí marcar al número de Leon y salí del centro comercial. 

 Minutos luego habíamos llegado al encuentro en Wilpharma, el lugar estaba cerrado, solo quedaron restos y cenizas de lo que alguna vez fue una prestigiosa edificación. Ver ese paisaje a la luz del día, solo me dejó más impactada, imágenes de los putrefactos y quemados cuerpos infectados pasaron por mi mente. 

 Que horrorosa forma de morir para aquellas personas que solo estaban haciendo sus trabajos. 

 - Frederick lo confesó todo. - Habló Leon, cuando nos encontramos con Claire y Ángela. - También fue quien vendió el virus T a los terroristas en India. Fue él quien robo los virus T y G, y huyó justo antes del desastre en Raccoon City. Pero Frederick decidió que solo vendería junto con la vacuna, así que borró su pasado, consiguió un empleo en Wilpharma y obtuvo acceso ilimitado a las instalaciones, tenía el lujo de buscar compradores potenciales mientras producía la vacuna. Fue así que llegó al general Grande. Todos los incidentes... 

Ignoré la voz de Leon cuando a lo lejos pude observar a Rani y a su abuela. El hecho de ver a la pequeña me conmovió bastante. 

 - ¡Laula! - Ella gritó muy feliz, interrumpiendo a Leon. 

 - ¡Rani! - La saludé. 

 - Ve con ella. - Me dijo Claire y yo feliz asentí. 

 Fui caminando hasta Rani y su abuela, mientras los agentes quedaron conversando. 

 - Hola señora. - Saludé amablemente a la abuela. 

 - Hola, Laura, Rani me ha hablado mucho de ti, la cuidaste muy bien. - Dijo ella muy orgullosa. - Eres una chica muy valiente. 

 - Gracias, señora. - Me limité a sonreír. 

- Te quiero, Laula. - Sentí un cálido abrazo en mi cintura. 

 Se me hizo nudo en la garganta, escucharla de esa forma fue como revivir aquel corto momento que he pasado con la pequeña Soledad. La piel se me erizó. 

 - Yo... también... te-te quiero, Rani. - Apenas conseguí hablar y unas pequeñas gotas de lágrimas salieron de mis ojos. 

 Decidí suspirar, me arrodillé poniendome a su altura y la abracé.

- Prométeme que serás valiente y cuidarás muy bien de tu abuelita. - Hablé mientras acariciaba su corto pelo. 

 - Si, voy a ser valiente como tú. - Dijo muy contenta y se separó de mi. - ¿Por qué lloras? - Preguntó preocupada tocando mis mejillas. 

 - Nada, solo me entró algo en el ojo. - Comenté secándome las lágrimas y sonriendo. 

 Me puse de pie y miré a la abuela quien había estado mirando toda esta escena con mucha ternura, la sonreí y ella también. 

 - ¿Vendrás con nosotras, Laula? - Me preguntó la pequeña. 

 - No creo, tengo cosas que hacer aquí, pero... - Mi mirada se dirigió a la pelirroja. - Estaremos en contacto por medio de Claire. 

 De pronto Rani entristeció agachando su mirada. 

 - Oh, vamos, pequeña, prometiste ser valiente, cambia esa carita. - Le dije frotando su pelo. 

 Ella soltó una leve risa y miró con la frente en alto. 

 - Así me gusta. - Comenté. 

 - ¡Laura! - Oí la voz de Leon. 

 - Creo que tengo que ir. - Les dije. 

 - Adiós Laura , cuídate. - Hablaron la abuela y Rani al unísono. 

 - ¡Adiós! - Me despedí de ellas. 

 Me acerqué a Leon y Claire. Pude ver como un helicóptero aterrizaba en la zona. 

 - Oye, ¿ahora qué? ¿Te irás en helicóptero y yo a pie? - Hablé. 

 - ¿Vienes conmigo? - Invitó Leon. 

 - Nah, es broma, prefiero caminar, digo, es bueno para la salud, ¿no? 

 Ambos sonrieron. 

 - Espero que la próxima vez nos encontremos en un lugar más placentero. - Dijo Leon a Claire. 

 - Definitivamente. - Asintió la mujer. 

 - Hasta la próxima. - Se despidió el rubio y se alejó subiendo al helicóptero, dejándonos a Claire y a mi. 

 Suspiré mirando al cielo aquella nave sobrevolando la ciudad. 

 - ¿Pasa algo? - Me preguntó la pelirroja. 

 - ¿Huh? No, nada, nada. - Dije despistada. 

 - A mi se me hace que sí. - Me guiñó un ojo bromeando. 

 - ¡No! ¿Cómo crees? Leon es como un padre para mí. - Dije ruborizada y luego recordé lo de la noche anterior y reí a mis adentros. 

 - Te extrañaremos, Laura. - Me dijo sonriendo y volvió a guiñar un ojo. 

 - Ja ja ja, yo también a ustedes, Claire, fue un verdadero placer conocer a una leyenda como tú. - Sonreí amablemente. 

 Ella se fue y quedé sola, aunque un poco más alejada estaba Ángela. 

 - ¿Te encuentras bien? - Pregunté. 

 - Sí. - Se limitó a decir. 

 Me puse a lado de ella, echando un vistazo al lugar. 

 - Que desastre. - Murmuré. 

 - Mi hermano solo fue una herramienta para ellos. - Habló. 

 - Lo lamento. - Dije. 

 - ¿Qué piensas hacer ahora? - Me cuestionó. 

 Decidí quitar mi teléfono y mirar la lista de contactos, allí estaba el nombre de Ingrid Hunnigan. 

¿Debería aceptar su propuesta?            

Resident Evil Una Nueva PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora