Capítulo 3

735 73 1
                                    

Me acerqué a la ventana para mirar, estábamos en un piso muy alto e iba ser imposible escapar desde aquí. Afuera estaban deambulando varios zombies, hasta pude ver un auto en llamas.

- Entonces, ¿nos quedamos atrapados?. - Preguntó el senador sentado en un sillón.

- Afuera está hecho un caos, hay bastantes de esas cosas. - Comenté aún con mi mirada hacia el cristal. - Es muy peligroso salir.

- Pues llamen, pidan ayuda, hagan algo, no viviremos eternamente aquí. - Dijo el voluminoso hombre.

- Tomen, aquí tienen mi teléfono. - Interrumpió la mujer y me giré a ver.

Claire agarró el móvil, mientras que Rani se puso a caminar por la sala y se acercó a observar por la ventana, justo a lado mío.

La pelirroja marcó el teléfono y la atendieron.

- Hola... - Comenzó a hablar. - Sí... estamos en el aeropuerto de Harvardville, con lo ocurrido tuvimos que resguardarnos... así mismo... cinco, incluyéndome. Uno está herido, el senador... en la sala de espera, en el extremo oeste de la sala de llegadas, escuche, no sé cuánto más podamos resistir, manden ayuda antes de que esas cosas nos maten. ¡Dense prisa! - Dijo lo último desesperada y la llamada finalizó.

- ¿Qué dijeron? - Preguntó el senador.

- Vendrán a rescatarnos. - Respondió Claire y agradeció a la mujer de pelo castaño devolviéndole el dispositivo.

Seguidamente fui a sentarme en un sofá suspiré y agaché mi cabeza. La pelirroja no tardó en acercarse a mí, sentándose a mi lado.

- Muchas gracias. - Dijo y yo levanté mi mirada.

- De nada. - Comenté.

- Soy Claire Redfield. - Me extendió su mano.

- Laura López. - Le pasé la mía con una media sonrisa.

- Un gusto, Laura. - Ambas nos dimos un apretón de manos. - Eres muy valiente.

- Gracias. - Me limité a decir.

- ¿Cómo es que perdiste tu calzado? - Cuestionó.

- Sí, bueno... es que allí había... - Bajé mi cabeza mirando al suelo. - Había un guardia que nos ayudó y esas cosas nos atacaron, uno de ellos me agarró del pie y no tuve otra opción que quitarme el calzado para deshacerme de él... sin embargo el guardia no logró pararse porque lo mordieron en el cuello y yo... yo no pude hacer nada por él. - Dije con coraje cerrando mis puños.

- Lamento oír eso. - Comentó Claire.

- No entiendo ¿por qué ocurre esto?

- Hay personas muy malas en el mundo, Laura, como también hay personas de buen corazón. Cuando hay hombres que quieren más poder, los inocentes sufren las consecuencias, pero tarde o temprano ellos pagarán por todo. - Dió su opinión, esperanzada.

- Esto es como revivir una pesadilla. - Murmuré y ella me tocó el hombro.

- Creéme que te entiendo. - Me dirigió una mirada comprensiva.

Esta sensación me parecía familiar. Era extraño. Me quedé pensando por un momento.

De pronto oímos mucho ruído proveniente del exterior. La mujer se acercó a la ventana.

- Es la unidad de rescate. -  Dijo la de pelo castaño. - Pero están cerrando los portones.

Claire se levantó y se acercó a echar un vistazo.

- Es el equipo especial de respuesta, están cerrando las instalaciones, es para que nadie entre ni salga. Será mejor que sigamos esperando aquí, de seguro vendrán por nosotros. - Explicó la pelirroja.

Entonces nos quedamos a esperar por un largo tiempo.

Pude notar que el sol estaba ocultándose, hasta que anocheció.

Todos estábamos cansados de esperar.

- ¿Por qué se demoran tanto? - Se atrevió a decir el senador molesto.

Fue justo cuando oímos sonidos de armas de fuego. Rani se alarmó y comenzó a temblar de miedo.

- Fueron disparos. - Mencionó asustada la mujer que estaba con nosotros.

- Enviaron ayuda, saldremos de aquí. - Opinó Claire tratando de aliviar la situación y de ese modo tranquilizar a la niña.

- Deberían darme las gracias. - Interrumpió el arrogante hombre. - Si no les hubieras dicho que yo estaba aquí, habrían ignorado tu llamada.

- Le recomiendo que deje su ego a un lado. - Lo miró Claire. - Tomando en cuenta que su propio secretario lo abandonó a su suerte.

Yo observé atentamente al senador y me cubrí la boca para no reír. Eso fue un golpe bajo. El político no sabía que decir y decidió callar.

Repentinamente oímos un grito y todos nos sobresaltamos.

- ¿Qué fue eso? - Preguntó la niña con temor.

- Un hombre que no está infectado. - Respondió la pelirroja. - Tenemos que ayudarlo.

- Ya es tarde, no podemos hacer nada. - Dijo el hombre con traje.

- Ehh... Tiene razón. - Opinó la mujer. - Escucha, si tú te vas, yo también voy contigo.

- No, no te vayas. - Interrumpió Rani jalando de su tía. - Cuando mi padre se fue, me dijo lo mismo. Dijo que iba a ayudar a mi madre, pero jamás volvió y ella tampoco. Si tú te vas, sé que jamás regresarás. - La niña se echó a llorar y la joven la abrazó.

- Tranquila, claro que voy a regresar. Lo prometo.

- ¿En serio? - Preguntó Rani y Claire le guiñó un ojo.

Yo simplemente me quedé mirando toda la escena con mucha nostalgia y preocupación.

- Por cierto, ¿hay algo aquí que podamos usar como arma? - Cuestionó la pelirroja, mirando a la otra mujer.

La de pelo castaño le entregó una sombrilla de colores franjeados, blanco y rojo.

- Espera, Claire... - La detuve antes de que saliera. - ¿Estás segura de que no necesitas que alguien te acompañe? Puedo darte una mano si deseas.

- No te preocupes, Laura. Ya he pasado por esto antes, además, necesito que cuides de Rani. Confío en tí. - Dijo con una sonrisa y se marchó.

Claire me había dejado con mucha intriga.

Pude ver que la mujer se encargó de abrir la puerta lentamente, al parecer no había infectados alrededor por lo que la pelirroja salió y la de pelo castaño volvió a cerrar la puerta, trancándola.

Contemplé el triste rostro de la niña mientras observaba la puerta, me dió mucha pena.

Suspiré y decidí ponerme a lado de ella, acto seguido, Rani me abrazó y yo acaricié su cabello.

Simplemente era como ella.

Resident Evil Una Nueva PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora