Epílogo

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Unos años atrás... 

Alexandría - Egipto. 

 Era un día normal, en un reconocido centro comercial de la zona, allí estabamos mi madre y yo disfrutando de un delicioso helado. 

 Todo parecía ir bien, aunque yo me encontraba triste debido a la ausencia de mi padre. Mi madre intentaba animarme, pero yo me distraje viendo a una familia feliz recorriendo el lugar, hasta que pude observar una neblina azul entrando al shopping. 

Fue en ese momento que oí unos gritos y desde el segundo piso, justo donde estabamos, vi a varias personas corriendo en el centro comercial, mi madre y yo nos alarmamos al observar que, al entrar en contacto con aquella neblina, la multitud tosía y desmayaba, sufrían de alguna clase de intoxicación. Pero lo que más nos aterrorizó, fue el ver como un hombre que desmayó, volvió a levantarse y atacó a otro, mordiéndolo. 

Quedé impactado, hasta que de pronto mi madre me estiró del brazo bruscamente, pues no me había fijado que una de esas cosas me iba a atacar por el costado. Entonces ella tiró su helado por la cara de éste sujeto que al mirarle noté su boca llena de sangre. 

Rápidamente corrimos entre la multitud con el fin de salir por la parte de atrás, en la salida de emergencias, pero justo antes de que llegáramos allí, un joven abrió aquella puerta y varios infectados ya estaban esperando y se abalanzaron encima del joven. Mi madre y yo nos alejamos de esa zona, pero fue algo tarde, pues varios de ellos ya estaban en el segundo piso y la niebla estaba alcanzándonos. 

En desesperación decidimos saltar al primer piso, yo había caído encima de mi madre, sinceramente no fue mi intención pero ella me abrazó y me dejó caer encima suyo. Recuerdo que en aquel entonces ella se había torcido el pie derecho, la ayudé a ponerse de pie y miramos para arriba que los infectados se estaban lanzando desde el segundo piso de una manera muy tonta. 

Uno de ellos cayó cerca nuestro, se quebró el cuello pero de igual modo se movía y hasta se puso de pie, hecho que me asustó bastante.Mi madre no podía caminar y yo puse su brazo en mi hombro para ayudarla a huir de ese sector pero un infectado cayó sobre nosotros e intentó morderme pero ella lo detuvo con las pocas fuerzas que le quedaban, el zombie entonces se lanzó encima de mi madre y la mordió directamente al cuello.

- ¡No! - Grité en desesperación. 

- Corre, Mazen, corre. - Decía mi mamá mientras luchaba tendida sobre el suelo, pero llegó otro zombie y comenzaron a devorarla. 

Miré a mi alrededor en pánico, ya no había nada que podía hacer, un infectado venía a mi dirección, me levanté y corrí pero este me agarró del pie y volví a caer, el zombie me arrastraba, poco a poco sentía que yo era un banquete servido para aquel monstruo hambriento. 

Justo cuando el infectado abrió su boca y cubrí mis ojos, fue cuando oí un disparo. La piel se me erizó, los pelos se me pusieron de punta. Alguien me estiró del suéter, abrí mis ojos y solo pude ver a ese infectado, tendido en el suelo, inmóvil, con mucha sangre alrededor suyo. 

Levanté mi mirada y allí estaba un soldado, pero no parecía de la milicia egipcia. Él me apartó del lugar y más de ellos ingresaron al centro comercial con mascarillas anti-gas para acabar con los infectados, oí a lo lejos los disparos y gritos, me sentía muy mareado y lo último que vi fue una peculiar insignia inscripta en la manga del soldado que me rescató, la insignia de la B.S.A.A.  

Resident Evil Una Nueva PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora