IX. Solo Nosotros Tres.

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IX. Solo Nosotros Tres.

Observaba a su azabache pintar en el jardín y aún no podía creer que por fin la tuviera, se sentía el hombre más feliz en la tierra. Tomó una sombrilla, la jarra de té helado y fue hasta ella.

Kagome estaba entretenida pintando una nueva jardinera, ahora pintaba un daiyukai perro, como el de la historia. Pero pronto una sombra la cubrió.

― Te traje limonada.― dijo Inuyasha al sentarse junto a ella.

― Gracias.― contestó al recibir su vaso.

― Me gusta como va quedando.― la atrajo a él y la abrazo.― Pero deberías cubrirte hace mucho sol, te dolerá la cabeza.― decía mientras acomodaba la sombrilla.

― Estoy bien.

― ¿Segura? Yo veo tus mejillas rojas.― dijo al acercarse más a su rostro.

― Es porque me pones nerviosa.

Inuyasha sonrió de lado y la beso, ahora que podía no perdía el tiempo y la besaba cuando quería.

― Alguien podría vernos.― dijo Kagome al intentar separarse.

― Créeme que no les importaría, te prefieren a ti sobre Kikyou.― iba a seguir besándola, pero su celular sonó.― Es Miroku, ahorita regreso.― Kagome asintió y siguió con lo que hacía.― ¿Qué pasó?

― ¿Cómo van las cosas?

― De maravilla.― contesto con una amplia sonrisa.

― Eso quiere decir que ya progresaron, perfecto ¿Ya sabes si le gustas?.

― Más que eso.― hubo un silencio en la línea. Miroku intentaba deducir las palabras de su amigo.

― ¿Te quieres explicar? Que por mi mente están pasando muchas cosas, desde que confirmaste que le gusta otro, que ya formalizó una relación con "el lobucho" o que usaste tu dotes de galán y la sedujiste.

― ¿Me recuerdas por qué somos amigos?― preguntó divertido.

― Te complemento, somos confidentes, no puedes vivir sin mí, soy tu otra mitad.― decía dramáticamente e Inuyasha soltó una risilla.― Ya hablando serio ¿Me dirás en que van?.

― En el Hanami le confesé lo que siento y la bese.

― Así se hace galán, pero ¿Qué te dijo?

― Al principio se reusó, pero luego ya no se resistió, desde entonces estamos juntos.

― Congratulations.

― ¿Y Sango? No la escucho gritar.

― En su trabajo, aproveche eso para llamarte, por si no habías progresado y que ella no te quisiera matar.

― ¿Las cosas van bien allá?― quería preguntar por su madre, pero no sabía cómo.

― Si preguntas por tu madre.- dijo al saber lo que en verdad su amigo quería preguntar.- Me pregunta por ti cuando me ve y tu hermano ya regreso, dicen mis contactos que a los dos meses después de que te fuiste. La verdad, yo no lo he visto, pero Sango sí.

― Salúdame a Sango, a mi madre...― se sentía un pésimo hijo, sacudió su cabeza, cuando regresará se ocuparía de recompensarla, por lo mal hijo que había sido desde que conoció a Kikyou.― Te llamó luego, ya es hora de la comida.― colgó y regresó con Kagome, aprovechó que limpiaba un pincel y la alzó en brazos.

― ¿Qué haces?

― Ya vamos a comer.― dijo mientras la acomodaba mejor.

― Te ensucie.― dijo al ver su playera Hugo Boss llena de pintura.

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