XI. Tensión

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XI. Tensión.

No quería estar en ese lugar, pero Kikyou le llamó toda preocupada y en medio de una ataque de histeria ¿Qué más podía hacer?

― Tienes que ir a verlo.

― Tranquila, todo debe estar bien.

― ¿Bien? Inuyasha jamás me dijo palabras tan lindas y mucho menos en ese tono de hombre enamorado.― decía molesta de solo recordarlas.

" Te amo más que a mi vida, eres lo mejor que me pudo ocurrir."

― Debe ser porque te extraña, lo tienes a tus pies ¿No crees que haces una tormenta en un vaso de agua?― intentó calmarla, ella quería dormir.

― Ve a ver que pasa en ese lugar.

― ¿Qué más da si tiene una aventura? Tú tienes muchas... Y sales ganando.

― ¿Estás tonta?

― Solo piénsalo, en dado caso de que no la quiera dejar, la verá a escondidas y es cuando aprovechas para acusarlo de adulterio, te será más fácil quitarle al mocoso y demandas a la chiquilla esa por infringir el contrato.

― Es una excelente idea, pero, quiero corroborarlo, así me será más fácil planear como debo actuar y quiero dejarle en claro que no puede huir de mí.

― Está bien, iré, pero me debes una.

Estaba por entrar a la fuerza, la anciana que le abrió no era rival para ella, pero apareció el chofer e impedirle el paso. Algo ocultaban y ella lo averiguaría.

...

Kaede veía como Inuyasha seguía en shock, así que le dio una cachetada, logrando que reaccionará.

― [Llévala a su recamara, ya acomode un futon].

― No, mejor que se quede aquí, aquí está la cama.

― [¿Cómo vas explicar que tus cosas estén aquí?].

― Mierda...― dioses no sabía qué hacer, pero antes debía despertar a la azabache.― Kagome, despierta, debes despertarte pequeña.

― ¿Qué pasa?― dijo adormilada, tenía mucho sueño, ni podía abrir los ojos.

― Kag, tienes que despertarte e ir a tu recamara.

― ¿Por qué?― preguntó al intentar acurrucarse.

― Kaede te explicará, pero en verdad debes levantarte.― decía mientras la jalaba, no quería hacer eso pero era necesario.

― Tengo mucho sueño.― le reclamó con algo de enfado, no sabía ahora que mosca le había picado a Inuyasha para comportarse así.

― Lo sé y no sabes cuanto siento tener que hacerte esto, pero es necesario.

Kagome logró levantarse e Inuyasha la ayudo a ir a su antigua recámara. Una vez que la dejo, regreso a su recámara y se cambió a toda prisa, para ir a ver a su inoportuna y desagradable visita.

― ¿Qué pasa Kaede?― preguntó ya más despierta Kagome.

― [Una amiga de Kikyou está aquí].― escribió a toda prisa y al leerlo, la azabache se despertó por completo.― [No te preocupes, Inuyasha ya fue a verla].― escribió al ver la cara de espanto de la joven.

― Pero... Eso quiere decir que ya lo sabe.

― [No lo sabemos, pero Inuyasha se encargará de ella, ahora acuéstate y finge dormir por si se le ocurre subir].― Kagome asintió y se acomodó en el futon.― [Por cierto ¿Tienes cosas tuyas allá?]

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