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Capítulo 10: El abismo.

Stiles le devolvió la mirada con cara de pocos amigos.

-¿Qué te parece interesante?

-A este instituto sí asisten algunos chicos con problemas, ya que al parecer no mentiste en eso. Pero nunca acuden en verano, en estas fechas solo acuden los alumnos más dotados.

"¿Acaso llevo la palabra «idiota» tatuada en la frente? ¿Creen que no soy lo suficientemente inteligente para estudiar aquí?"

Stiles empezó a amontonar los libros con fuerza.

-Parece que es imposible tan siquiera pensar que puedo ser inteligente. Y problemático -remarcó la última palabra-. Bueno, en ese caso será mejor que siga estudiando, ¿verdad? Tendré que esforzarme lo suficientemente para estar a la altura de unos genios como ustedes.

-Oye -Derek parecía confundido-. No seas tan susceptible. Solo tengo curiosidad en conocerte y entender mejor quién eres.

Y aquella fue la chispa que lo hizo estallar. Llevaba conteniendo sus sentimientos todo ese tiempo, pero ya era suficiente. Después de Danny y su grupito de amigos, de la situación que estaba pasando con sus padres, de no poder comunicarse con su madre y de no saber qué era él exactamente, no conocerse a sí mismo y saber su verdadera identidad, Stiles estaba harto. Metió los libros en su bolso y se encaró a él.

-Pues no hace falta, ¿bien? No necesito que te intereses por mí, ni tú ni nadie. No traten de analizarme. Quizá me hayas visto en clase o hayas escuchado una estúpida conversación sobre mí, ya que todos en este lugar se empeñan en divulgar cosas sin sentido y ahora creen conocerme. Pero, créeme, no saben nada de nada.

Salió rápidamente de la biblioteca y corrió hacia las escaleras.

"Cuarenta y dos, cuarenta y tres, cuarenta y cuatro peldaños..."

Apenas y había abierto la puerta de su habitación cuando rompió en llanto. El bolso se le resbaló de los dedos por los temblores, y apoyado contra la puerta, se dejó caer al suelo.

Con la cara enterrada entre las manos lloró en silencio. ¿Por qué estaba allí? Y Scott... ¿En dónde estaba su mejor amigo cuando más lo necesitaba?

Todo el mundo lo trataba como el tonto bicho raro. Al notar que le faltaba el aliento, intentó ahuyentar a toda costa el ataque de pánico que se avecinaba, pero los extremos de su campo de visión empezaban ya a nublarse.

Contó sus propias respiraciones, los libros de las estanterías, los tablones del suelo y los vidrios de las ventanas hasta notar que poco a poco recuperaba el control y su visión volvía a la normalidad.

Cuando se sintió un poco mejor, se puso de pie. Se dirigió de manera lenta al cuarto de baño para refrescarse la cara con agua fría.
Caminó de nuevo a la habitación y abrió la puerta, comprobó que el pasillo estuviera vacío y salió con dirección al primer piso. Justo cuando iba a doblar en la esquina chocó con alguien, Stiles se disculpó y cuando subió la vista se encontró con la linda chica pelirroja del otro día. Cuando Lydia reparó en las lágrimas mojando las mejillas de Stiles, lo miró con preocupación.

-Hola, Stiles. ¿Qué tal te estás adaptando?

Él no se sentía con fuerzas para fingir y tampoco tenía ganas de hablar al respecto.
Solo quería estar en cualquier otro lugar.

-Todo va de maravilla Lydia -las palabras rebosaron sarcasmo pero no pudo evitarlo-. Todo el mundo es muy agradable. Todo va... perfecto.

Miró por encima del hombro de Lydia y vio que Danny se encontraba al otro lado del corredor. No quería encontrarse con él y recibir más burlas, ya había recibido suficientes.

Waterhouse Academy | SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora