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—Oh, Dios, por favor, haz que acabe esta tortura —Theo dejó caer la cabeza sobre el libro de Álgebra.

Sentados frente a él se encontraban Liam, Scott y Stiles. Luego de una pequeña presentación durante el almuerzo todos se llevaron bien y decidieron ir a estudiar juntos a la biblioteca.

Stiles le lanzó un boli.

—Sí —asintió Scott cerrando un libro al mismo tiempo—, necesito un descanso. Aún me queda trabajo que hacer pero creo que puedo hacerlo más tarde. Es sábado por la tarde, hace un día precioso... ¿A quién le apetece dar un paseo?

Sin levantar la cabeza del libro, Liam levantó la mano.

—A mí —respondió con la voz ahogada de tanta biología.

—¿Stiles? —preguntó Theo mientras amontonaba los libros.

Él negó con la cabeza.

—Creo que ya he tenido bastante aire libre por hoy. Me quedaré explorando el edificio.

Theo levantó la cabeza, tenía el pelo revuelto.

—Te va a encantar. Pídele a Corinne que te enseñe las salas de estudio. Son muy antiguas, sé que te gustarán.

Parecía bastante recuperado de la noche anterior; le habían curado un pequeño corte con un vendaje de mariposa color blanco y no parecía que tuviera ninguna otra herida.

Stiles no había tenido ocasión de hablar con él respecto a lo sucedido; se moría por pasar unos minutos a solas con Theo, pero Liam apenas se había separado de él en todo el día. En aquél momento todos se encontraban apilando los libros listos para salir.

—¿Nos vemos en la cena, o antes? —preguntó Stiles esperanzado.

—Por supuesto —respondió Scott con una sonrisa.

Una vez solo, Stiles se desperezó y miró a su alrededor. La sala estaba casi vacía.

Se encaminó al despacho de la bibliotecaria. Detrás de un alto mostrador de madera pulida, Corinne guardaba documentos en un viejo archivador junto a una hermosa chica, suponía que era su hija debido al evidente parecido entre ambas.

—Eh... ¿Hola? —replicó Stiles con suavidad.

—Oh, Stiles. Cuánto me alegro de volver a verte —lo saludó Corinne incorporándose al mismo tiempo en la silla—. ¿Cómo estás, pequeño?

La bibliotecaria llevaba el cabello oscuro recogido en una coleta informal que dejaba sueltos algunos mechones. En ese aspecto despreocupado aparentaba tener años menos, viéndose joven y hermosa.

—Genial, gracias. Estaba estudiando por allí —Stiles señaló en dirección a la mesa de donde venía— y se me ha ocurrido venir a saludar.

—¿Has venido a buscar esos libros de los que te hablé? —Corinne dejó el archivador en el escritorio— Te los he separado.

Rebuscó bajo el escritorio y sacó una pila de libros con una tarjeta en donde se leía: «Para Stiles» en una fina caligrafía.

—Creo que es un poco de lectura extra para tu clase de literatura —explicó la bibliotecaria.

Stiles ya se había olvidado de los libros que Corinne le había mencionado en la mañana y, para ser sincero, no se le apetecía leer más por ahora.

"Sin embargo..."

—Oh, perfecto —contestó con educación, y se los guardó en el bolso—. Pero en realidad iba a explorar el edificio y Theo me ha dicho que por esta zona hay unas aulas de estudio muy especiales y muero de curiosidad.

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⏰ Última actualización: May 11, 2022 ⏰

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