How to be a King » Muke

XII.

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— Supongo que sí, ¿pero cómo hago que me lo diga?—Preguntó el menor mientras apoyaba los ante brazos sobre la mesa, reposando sobre esta. Esperando una respuesta por parte de Dylan.

— Tendremos que trabajar en—No alcanzó a terminar su oración ya que escucharon golpes en la puerta. — ¡Pase!—Exclamó el chico algo molesto mientras apilaba los diarios con velocidad con la ayuda de Luke, para que quién sea que estuviera tocando la puerta no viera algo que no debía ver.

— Lamento molestarte Luke, pero es algo tarde y se supone que tienes clase mañana temprano. Ya sabes que tengo la obligación de que estés en tu habitación a cierta hora. —Soltó Michael luego de ingresar a la habitación. Dylan observó sospechando al guardia de seguridad, no le gustaba que interrumpieran cuando estaba haciendo su trabajo.

Luke caminaba por los jardines con Camille, Michael se encontraba a un par de metros de ellos concentrado en la coordinación del personal de seguridad para el baile de cumpleaños de Claudius.

—Oye Camille—Preguntó el príncipe mientras tapaba el lente de su cámara, la princesa desvió la vista del jardín para verlo a él, esperando a que hablara. —Creo que eres una de las pocas personas a las que le tengo la suficiente confianza como para preguntarle esto...—La princesa lo observó algo confundida pero asintió con la cabeza mientras tomaban asiento en uno de los bancos que estaban distribuidos a lo largo del jardín, alejados de Michael quién cada un par de minutos se daba vuelta para asegurarse de que siguieran allí. — ¿Alguna vez estuviste enamorada?—

—Creo que una sola vez, y fue algo realmente complicado. Es una larga historia—

—Mi periodo libre recién empieza, así que creo que tengo tiempo—Soltó el príncipe sonriendo mientras ambos tomaban asiento en un banco de mármol que estaba frente a una enorme fuente de aguas que danzaban y que por las noches tenían luces de colores.

—Cuando eres como nosotros creo que es complicado encontrar a alguien que realmente te quiera por cómo eres, y no por quien eres. La mayoría de las personas nos ven como oro, solo les importa el título. Por lo que uno no sabe en quien confiar.—Luke asintió con la cabeza, debía de ser algo difícil para Camille, considerando que ella convivía con el peso de su título desde pequeña, a diferencia de él, que hacía poco más de una semana que sabía que era el heredero al trono de su pequeño país. —Creo que por eso siempre fui muy selectiva con la gente con la que me relacionaba, no sabía cuánto tiempo serían mis amigos. Siempre fui muy desconfiada... hasta que él llegó. — Soltó un suspiro mientras se colocaba un mechón de pelo suelto detrás de la oreja.

— ¿El quien? —

— Un hombre, varios años mayor que yo, es alguien de la nobleza. —Soltó tratando de revelar la menos cantidad posible de información.

— ¿Lo conozco? —Camille asintió con la cabeza, y Luke entendió que por eso no iba a decirle el nombre. —Por eso no me vas a decir quien es—La princesa sonrió ante la acertada deducción del rubio príncipe.

— Fue de hecho una relación bastante sana, digo... yo era muy feliz y confiaba realmente en él. Es un buen tipo, siempre me ayudó a lidiar con mis hermanos y las presiones de la realeza. —

— Estoy esperando un pero...—

— Pero—Ambos rieron. —Él tiene una esposa... sé lo que pensaras, estaba mal. Claro que lo estaba. Él decía que la iba a dejar, pero ese día nunca llegaba y mi paciencia comenzaba a agotarse. No me gustaba ser un secreto, no me gustaba el hecho de lastimar a una mujer que nada me había hecho. —