How to be a King » Muke

XI.

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Michael, Calum y Stonem se encontraban en la parte de atrás en la sala de control, organizando el gran operativo para el baile por el cumpleaños de Claudius el siguiente domingo. Luke cruzó el umbral de la puerta y como si pudiera sentir la presencia del menor Clifford se dirigió rápidamente hacía donde estaba este.

— ¿Michael estás muy ocupado? Necesito un favor—Preguntó el menor jugando nerviosamente con sus dedos mientras observaba la mesa, al parecer tenían bastante trabajo por hacer, Stonem estaba a punto de abrir su boca para responder pero su jefe se adelantó.

— No —Alexander lo miró incrédulo mientras Calum trataba de suprimir una risita. — ¿Qué necesitas?—Preguntó mientras ambos se retiraban de la habitación.

— ¿Qué favor le pediría el príncipe a Michael? —Pensó en voz alta Alexander, Calum se tensó sin que su compañero lo notara.

— Qué se yo, sigamos con lo nuestro. —El pelinegro asintió con la cabeza, no muy convencido mientras volvía su vista al plano del comedor donde se realizaría el evento.

— ¿Qué necesitas Luke?—Preguntó el mayor una vez que ambos se encontraban en el vestíbulo. El menor le hizo una seña de que lo acompañara hasta que ambos llegaron a la habitación debajo de las escaleras.

— ¿Podrías enseñarme alguno de los pasadizos secretos? —Estaba algo nervioso, no quería que el mayor le pidiera un por qué.

— Solo conozco un par, pero claro... vas a ser el rey, mereces saberlo. —El príncipe trató de disimular su sorpresa ante la respuesta positiva de Clifford. —Vamos, iremos al de la iglesia. — ¿Había una iglesia adentro del castillo? Luke no era muy religioso, así que si en su mapa figuraba ni siquiera le había prestado atención.

Llegaron hasta una enorme puerta con detalles en oro, Michael la abrió de par en par revelando un largo salón con un montón de bancos que conducían hasta un altar de oro, sobre este un poco más atrás un Jesucristo crucificado, que al parecer también era de oro. —Aquí es donde serás coronado. —El rubio observó hacia todos lados, las ventanas eran las estaciones por las que pasó Jesucristo antes de ser crucificado, y todo tenia detalles en metales y piedras preciosas. Le parecía algo excesivo considerando el hecho de que Jesús hablaba de que había que ser simple, su escuela era religiosa así que sabía del tema aunque no le daba mucha importancia. —Por aquí—Llegaron a una habitación con un gran armario, suponía Luke que era la habitación donde los sacerdotes se cambiaban para dar la misa, si es que ahí se realizaba alguna celebración.

— ¿No hay cámaras aquí?—Preguntó mientras el oji verde abría el armario y corría hacia un lado las vestimentas del sumo sacerdote.

—No, el sumo sacerdote no me dejó colocarlas. Odio a ese anciano. — Luke se acercó hacía la puerta del armario donde Michael estaba, observando como este sacaba un manojo de llaves de su bolsillo, todas estaban etiquetadas con distintos colores.

— ¿Tienes llaves de todas las habitaciones del palacio?—

— Solo de las que tengo acceso permitido—Eligió una llave que estaba pintada de blanco y tenía una cruz dibujada encima con negro. Se metió adentro del armario que llegaba hasta el piso, Luke también lo hizo. Cerró la puerta del armario, con total sigilo. Se suponía que no debían estar allí, pero él quería cumplir con lo que Luke le había pedido de cualquier manera. Encendió la linterna de su teléfono y el oji azul se di cuenta de que perdida entre la pintura del armario se encontraba una cerradura, el mayor introdujo la llave y esta cedió. La puerta se abrió hacia adentro, revelando una escalera de piedra de iba hacia abajo, la iglesia se encontraba en el primer piso así que Luke supuso que iría a alguna habitación subterránea. Michael tomó la mano del príncipe, este sonrió ante la acción mientras ambos cruzaban la puerta, el mayor la cerró y luego ambos bajaron con cuidado las escaleras antiguas de piedra, había soportes como para poner antorchas, los cuales estaban llenos de telarañas. Una vez que terminaron de bajar la escalera Luke se encontró con un largo pasillo, a los lados de este había celdas.