Capítulo 41

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El cura agarró el micrófono, hizo señas a Sabacio, que estaba encargado de poner la música, para que todo se volviera silencioso, él le hizo caso y solamente se escuchó los gritos de los niños.

—Hola... Hola... ¿Se me escucha?... —no se escuchaba, y él lo supo por las señas de algunos alumnos—. Sabacio, porque no arreglás eso la put... —cortó el habla cuando el muchacho hizo gestos exagerados, porque sí lo estaban escuchando todos—. Emmm... —aclaró su garganta y se puso firme—. Por favor, los niños pueden acercarse a la mesa de juguetes y luego recibir su merienda.

Algunos infantes fueron solos y otros acompañados de alguien mayor, formaron una fila, todos llenos de alegría por tomar un peluche o un juguete. Mientras que los alumnos del Higuer pasaron silenciosamente hacía atrás del escenario, tenían que prepararse para el show final, eran unas 2 horas muy agotadoras, ya que cuidar niños es demasiado cansador.

—Bien, acá está —Agustina sacó un traje, elevó su brazo para que se apreciara la vestimenta—, el pollo.

Alicia lo examinó con mucho detalle, lo veía raro, y además no quería ponérselo, pero no le quedaba de otra, no tenía escapatoria.

—Ay Agus, me queda un poco ajustado —sus reproches eran muy graciosos.

—A mi tampoco, no me cierra la pollera de Sabatina —se dió la media vuelta y el cierre estaba abierto, pero lo había ajustado con un retazo de tela, lo utilizo como cinto—. Hay que improvisar.

—Esto es una chingadera...

—Estamos en Argentina, no en México, hablá bien —rodó los ojos—. Ay, soné como cuando ustedes trataban de moderarme al hablar.

—Pero al menos no moderamos tu actitud, seguís siendo una perra.

La profesora Romina pasó, a la sección de mujeres, ella tenía el permiso porque también lo era.

—1 minuto chicas, y salen al escenario.

Fiorella chifló para que todas se acercaran al medio, ella era otra lisiados, y su vestimenta de pollo la ocupaba Viviana.

—Fio tiene el culo muy grande y a mí me anda bolsa —las dos miraron para atrás, y estaba todo suelto.

—Salga lo que salga, hay que divertirnos, nos jugamos una pala pasada, pero hoy será un reto...

—¿Ahora se cree la capitana? —bufó Yamila.

—... deben seguir los pasos a las que están adelante. Hay que salir chicas y darlo todo, porque es uno de los mejores viajes que tuvimos en todo el tiempo que estuvimos en el mugroso colegio. ¡Vamos!

Todas se pusieron el pico, menos Agustina, ella solamente era una chica con vestimenta colorida, se despojó de su vestimenta oscura. Se reunieron detrás del escenario para que abran el telón y poder salir.

—Procura no besar a la predicción.

—Eso es muy seguro —respiró hondo y se colocó a lado de Víctor, entrelazaron los brazos porque así comenzaba el show—. Hola —saludó con indiferencia.

—Hola —contestó algo divertido y se acomodó la gorra.

—¿Besarlo?, si su boca para nada va a saber a caramelo —pensó y miró hacia otro lado, no quería hacer ningún contacto visionario con él porque probablemente le escupiría por el enojo acumulado que guardaba por mucho tiempo.

—Ay tengo ganas de vomitar —lanzó un eructo.

—Ya me eché para atrás.

Despegó su brazo de la de él y quiso irse, pero se interpuso en su camino el cura, la tomó de los hombros y la llevó nuevamente hacia el muchacho.

Entre Amigas #3 - La previa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora