Capítulo 48

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Era una de el último examen final del año, todos superconcentrados logrando hacer lo mejor posible para no estar en las clases de verano con Rosi, nadie quería eso ¿Quién quiere ver de nuevo a un docente que te cae mal? Nadie.

Los minutos pasaron, cada segundo era una aproximación hacia el futuro. Toda tenían sudor en sus frente, dando lo mejor de ellos, no querían llegar a la mejor nota, solamente aprobarla y ser libres.

—Bien, acabó —dijo Rosi mientras miraba su reloj bañado en oro.

Ninguno podía pedir unos minutos o segundos adicionales, tenían que ceder sus ganas de no entregarle el examen.

Salieron uno por uno, alumno que entregaba la hoja, alumno que salía.

—Ojalá aprobemos ésta —dijo Agustina ya afuera del aula, caminaba junto con Be hacía la salida.

—Sí, no quiero ni verla —la muchacha rodó los ojos.

Alicia pidió a Melanie irse con ella en la motocicleta.

—Tengo que esperar a mi hermana que termine su examen, me iré con ella —hizo una mueca de lamento—. Luego nos vamos a la casa de mi hermana mayor.

—Oh. Ok. Entonces te veré en el próximo año, si es que logramos pasarlo y no llevarnos ninguna materia en verano.

Ambas tomaron caminos distintos. Sacó la llaves de su moto y fue hacia el estacionamiento. Arrancó su moto, la hizo rugir con mucha rudeza, la colocó en velocidad baja y aceleró, las ruedas rodaron junto con otras motos de otros alumnos que también salían. Cuando ya logró cruzar el portón se cruzó con Alicia y Agus pero no las saludó, las miró de reojo.

—Al parecer será así para siempre —dijo Isabella mientras la miraba con una acumulación de enojo y tristeza.

Cuando ya tuvo el pase libre, aceleró con todo y decidió ir lo más pronto posible a su casa, ya que no tenía compañía para dar unas vueltas por la ciudad. Dobló y aceleró con todo, para tomar un atajo bastante aceptable para llegar a su hogar de inmediato, la ruta, trató de frenar cuando vió a un auto que venía a toda velocidad sobre el asfalto, quiso frenar pero no tenía sentido, ya que no funcionaban y lo olvidó por completo.

—Mierda —dijo entre dientes intentando parar su moto—. Mierda. Mierda.

Nadie se daba cuenta de la situación, ni siquiera el mismísimo conductor del auto.

Hizo maniobras bastante absurdas, para lograr que el automóvil frene y darle paso para que cruzará sin dificultad, pero el chófer se di cuenta demasiado tarde, y Alicia hizo movimientos para tratar de esquivar el auto, y el hombre logrando parar justo enfrente de ella, haciendo que la moto choque contra la puerta. Todos se dieron cuenta de la situación desastrosa, ya que el ruido de la colisión fue bastante estruendosa. Ella voló por arriba del vehículo e impactó su cuerpo en el asfalto dejándola inconsciente al instante.

—Alicia —susurró Agustina viéndola tirada en el suelo y su moto hecha un desastre—. ¡Alicia! —gritó y empezó a correr para acudirla.

Bella fue por detrás de ella lo más rápido posible para llegar ayudar a su amiga, sus lágrimas bajaban por su mejillas, sus ojos parecían el inicio de una catarata llena de impotencia y consternación.

—Ali —musitó Isabella mientras corría.

Agustina llegó, se quedó desconcertada y estupefacta por lo que veía, tapó su boca por lo que sus ojos presenciaban, Alicia estaba totalmente llena de sangre y había líquido rojo a su alrededor, su uniforme estaba roto y también contenía polvo, y su cara no se lograba distinguir por los moretones que eran tapados por el sangrado abundante que salía de sus heridas. Pestañó muy fuerte para que su alma volviera a su cuerpo y poder hacer algo, se agachó para acomodar el cuerpo de ella ya que estaba panza abajo y su cabeza apuntando hacia un lado, sus manos se mancharon pero no le importó, al igual que el olor que se sentía.

—No la ví... No la ví —dijo el hombre mientras se bajaba del auto y se agarraba la cabeza.

—¡Llame a una ambulancia!

Los demás llegaron, Yamila junto con Sabacio se bajaron para poder ayudar, Isabella llegó y retrocedió al ver a Ali de esa manera, tapó su boca para bloquear sus sollozos, pero era en vano ya que se quebró por completo y cayó al piso de rodillas, Melanie se colocó en la misma posición que ella y la abrazó, ambas lloraron desconsoladas y con confusión porque no entendían lo que pasaba pero a la vez sí.

—Llamen a una ambulancia —dijo el muchacho con calma—. Agustina tenemos que esperar que llegue...

Trató de levantarla de la mano pero ella se zafó de su agarre con agresividad y volvió a su amiga.

—Alicia —dijo con un nudo en la garganta y su ojos llenos de lágrimas, aguantando que no se salieran lo que provocaba que les ardiera—. Alicia —puso sus manos en su pecho—. Mara-Maravilla... —esbozó una sonrisa pero que contenía dolor—. Marita... Dale Marita —su voz sonó temblorosa y pasó su mano por su nariz porque salía un poco de agua por ahí. Se dió cuenta de que no daría respuestas a sus llamados pero siguió intentando—. ¡Ali!

Sus lágrimas salieron de sus ojos y lloró con mucho enojo al no poder hacer nada, profusamente, y llena de dolor, se sentía inútil y con mucha impotencia, también con miedo al pensar lo peor porque no reaccionaba de ninguna manera. Yamila la abrazó con fuerza, ambas se quedaron a su lado y los demás siendo apartados por Sabacio.

Entre Amigas #3 - La previa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora