Chapter Twenty-one.

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—En silencio animales...— susurro Samantha abriéndoles la puerta a todo el cuerpo nacional.

Estos venían con algunos regalos y con una gran tarta con velas. Hoy era el día del cumpleaños de la preciada Babi De Luca.

—Su habitación está por aquí. Seguirme...— habló en voz baja mientras caminaban despacio. Estos iban caminando despacio también mientras hablaban entre ellos.

La rubia abrió lentamente la habitación de la morena, quien se encontraba con una camiseta larga y en ropa interior. Su habitación estaba algo recogida pero por el suelo había ropa. Su cama, dónde dormía plácidamente la chica, estaba hecha un desastre.

Ahora mismo se encontraba abrazada tiernamente a una almohada.

—Uno dos y...— contó Torrente en silencio. De repente empezaron a cantar para despertar a Babi.

—Cumpleaños feliz.— Babi despertó poco a poco encontrándose con la policía en su habitación. Está se incorporó y se restregó los ojos con una sonrisa.— Cumpleaños feliz. Te deseamos todos, cumpleaños feliz.

La habitación se llenó de aplausos y gritos. Babi sonrió ampliamente mostrando sus dientes, anteriormente cepillados.

—Gracias chicos.— dijo mientras cepillaba su pelo con su propia mano. Ivanov se acerco a ella con una sonrisa y le puso la tarta con las velas encendidas delante de ella.

—Venga Babi pide un deseo.— hablo sentandose de lado mientras la morena cogía la tarta. Unos segundos después había soplado la vela, los aplausos volvieron a reinar la habitación.

—Ahora los regalos.— dijo Torrente más animado que ella. Babi soltó una risa.

—Id hacia el salón. Dejar que me cambié por favor.— se levantó de su cama con una sonrisa.

—A mi no me importa verte así eh.— hablo Gonetti con una sonrisa pícara. Unas cuantas ostias en su nuca se llevó por parte de sus compañeros.

Una vez salieron de la habitación la morena recogió todo y se cambió.
Su outfit era una falda negra junto con una camiseta de tirantes corta rosa.

(El outfit es algo como esto pero solo la ropa. No conteis el collar, móvil, zapatos, el pintalabios y el bolso.)

—Bueno Babi por dios

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—Bueno Babi por dios.— habló Torrente con una sonrisa. Los presentes empezaron a silbar. Babi se sonrojó.

—Callense perros en celo.— rio Babi sentandose con ellos en el sofá.
Samantha se acerco a la sala con una bandeja. Era su desayuno que constaba de un batido de chocolate junto con unas tortitas con sirope.

—Ay te quiero Samantha.— hablo con una sonrisa. Está última le guiño el ojo y se sentó junto con los demás.

—Oigan. ¿Y Horacio, Gustabo y Jack? Pensé que vendrían también.— hablo con una tortita en la boca. La rubia le dió un toque en el brazo.— ¿Qué?— le miro mal.

«𝙉𝙤 𝙨𝙚𝙖𝙨 𝙩𝙖𝙣 𝙖𝙣𝙩𝙞𝙜𝙪𝙤 𝙖𝙗𝙪𝙚𝙡𝙤»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora