Llegamos a la habitación de mamá y Roy buscó su mochila.
-Hermosa, puedo bañarme aquí.
-Claro que si. Ven, yo te llevaré.
Salimos del cuarto y fuimos al baño del pasillo, pero estaba ocupado.
Toque la puerta para asegurarme de que hubiera alguien.
-¿Hay alguien aquí?
-Si.- Dijo Mia.-Me estoy bañando.
-Oh no te preocupes Mia.
-¿Entonces debo esperar?-Preguntó Roy.
-No.
-¿Y?
-Vente.
Agarré a Roy de la mano y me lo llevé de nuevo a la habitación de mamá.
Allí había otro baño.
-Aquí.- Le indiqué.
-Gracias, iré por mi toalla.
Yo estaba demasiado cerca de la puerta del baño, con la camisa de Roy aún puesta y mirando a éste buscando su toalla.
Cuando encontró la toalla me la mostró sonriendo.
Al ir a la puerta del baño me miró y me guiñó un ojo. Iba a cerrar la puerta, y al simular cerrarla me agarró de la cintura y me llevó con el al baño.
-¿Qué haces?- Le pregunté frunciendo las cejas.
Roy cerró la puerta, le puso seguro y me acorraló contra la pared.
-¿Qué le diremos a los demás?
-Roy, le diremos la verdad.
-¿Y si no nos creen?
-Pues somos nosotros contra ellos. Tú tranquilo, nosotros sabemos que no hicimos nada malo.
-Lamentablemente no.- Sonrió pervertidamente.
-¿A que te refieres Roy?
Roy se acercó a mi cuello aún acorralándome. No podía escapar.
-No era mala idea romper la regla número tres.- Dijo aún sin separarse de mi cuello.
Sentí su respiración más cerca. Sentí que mi piel se erizaba.
Sentí esa mezcla de respiraciones mientras que el se acercaba más a mis labios.
Cerré los ojos, no podía ver lo que estaba a punto se suceder.
Pero no, a sólo unos centímetros de rozar sus labios con los míos, puse mis manos en su pecho.
-No Roy, esto no se puede.
-Dame una razón para no hacerlo.
-Es imposible.
Me separé de Roy.
Traté de abrir la puerta pero Roy me agarró la mano.
-Elizabeth.
Lo miré atentamente.
-Lo siento.
-No te disculpes Roy, no ha pasado nada.
-Vale.
Y salí del baño.
Me senté en la cama de mamá y me puse a pensar. Lo que acaba de pasar solo fue un impulso, algo sin intención.
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Amor Imposible
Teen FictionElla era una de esas chicas que no solía enamorarse, hasta que llegó ese idiota... ¿Qué pasa si te enamoras del idiota de cara bonita? Si, ése mismo que juega con tus sentimientos. Elizabeth nunca pensó que al mudarse se enfrentaría a muchos problem...