El Famoso Golpeador

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Ya estaba lista para ir a la escuela. Esperaba a Luke, quien siendo un hombre, tardaba como reina de belleza.

-Elizabeth, Luke, a desayunar.

-Ya voy mamá.- grité desde mi habitacion.

Iba a salir, pero Luke se detuvo en la puerta y no me dejaba salir.

-Luke, más vale que te quites de la puerta y me dejes pasar.

-Elizabeth, más vale que me digas lo que te dijo James ayer.

Lo miré profundamente a los ojos y elevé una ceja.

-¿Con que así jugamos, eh?

-No pasaría nada si me dijeras todo.- Sonrió. Maldito Luke y su sonrisa descarada.

-Vale, te lo diré a la cuenta de tres.

-Perfecto.- Sonrió mi hermano victorioso.

-Uno...

-Dos...

-¡Tres!- Y le dí una patada a mi hermano en su parte sensible.

La cara de mi hermano estaba peor que un tomate e inmediatamente cayó al suelo casi llorando.

Salí corriendo hacia las escaleras.

-Elizabeth, me las pagarás y muy caro.- gritó mi hermano desde el otro lado del pasillo.

Exploté a reír en carcajadas.

Llegué al comedor y me senté. Ya estaba lista para comer.

-¿Qué le pasó a Luke?- Preguntó mi madre un poco preocupada.

-Ah, Luke. Se cayó y se golpeó en la rodilla, nada grave.

Quería morirme de risa, pero no podía. Mi madre me miraba muy confusa y yo solo miraba el plato.

Me imaginaba a Luke en el baño quejándose del dolor, o tal vez llorando.

En ese momento Luke bajó las escaleras lentamente.

Al sentarse me lanzó una mirada asesina.

-¿Qué pasa hermanito, ya estas mejor?

-Me las vas a pagar.

-Te amo Luke.

Mi hermano rodó los ojos.

                                    ***

-¡Eli!- Dijo Ashley muy emocionada.-Me tienes que decir todo lo que pasó ayer.

De pronto miré a mi hermano quien estaba a mi lado y éste me miró de reojo.

-¡No me mires mal Luke!- Le ordené

-Mirar mal es para niños, yo trato de ignorarte. Aunque de todos modos me las vas a pagar.

Lo comencé a ignorar.

-Bien Ashley, te contaré todo cuando entremos al salón.

Dejé a mi hermano solo para irme con Ashley. No sin antes voltearme y sacarle la lengua.

Al entrar al salón Ashley estaba tan ansiosa que me empujó y tropecé con un chico.

-¡Dios! Lo siento, ¿estás bien?- Le pregunté.

Amor ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora