Capítulo 14

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—¿Como que no está?— Gritó SeokJin.

—Se lo llevaron... Fueron unos guardias.

Jimin aún no entendía como funcionaba e mundo celestial aún pero sus reglas.

Los semidioses volvieron a la búsqueda de Taehyung, a estas alturas ya nada confiaba en nadie ni en sus propios padres tantas verdades ocultas, pensaron que Yeomna había sido solo una parte de todo el problema que tenía por origen a Sang-je y la creación de los humanos.

—Sucedió otra vez, asentamientos fuera de la ciudad fueron atacados por demonios y en Corea del Norte dicen que una hermosa mujer se presentó ante ellos otorgándoles magia— Habló Namjoon explicando lo que había descubierto junto a Hoseok.

— Están creando bandos— Explicó SeokJin ya que vio a Jungkook y Jimin sin enternder lo que había dicho el semidiós antes.

—¿Quienes?— Pregunto Jimin.

—La luz y la oscuridad— Finalmente habló Jungkook comprendiendo todo.

—Debemos buscar a Yoongi y a Taehyung.

—Hoseok tiene razón... Y creo que deberíamos crear nuestro propio bando para luchar—SeokJin lleno de confianza a todos los presentes.

Finalmente ellos tenían un nuevo destino que forjar.

En el templo celestial

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En el templo celestial.

—Yo Sang-je, Dios de todo coronó a Yoongi hijo de Yeomna y Paritegi a ser el nuevo rey del Inframundo. También condenó a su perpetúa estadía en este por usar nigromancia con un mestizo.

Las palabras del rey fueron como balas para Taehyung quien sabía que si Yoongi permanecía allí no podría convertirse en abraxas. Las criaturas y deidades se asombraron pr la palabra mestizo pues desde que dos semidioses murieran en la segunda guerra mundial salvandona muchos ya se consideraban héroes y no aberraciones como a principio se creía.

Yoongi fue coronado y por su rostro caía la sangre a causa de las púas pertenecientes a la reliquia, con la mirada clavada en algún punto del horizonte, frío como el más grande glaciar y frágil como la más fina porcelana.

Este no entendía habia nacido recién pero tenía recuerdos que cegaban su juicio aceptó ese destino que le dieron sin oponerse.

—Taehyung hijo de Gameunjang-aegi, te condenó a perpetúa estadía en el inframundo por tener un vínculo de muerte con el rey para persevar la seguridad de los mundos.

El silencio reinaba para ambos sentenciados a sus nuevos destinos, ni una sola palabra, ni protesta solo confusión e impotencia de no saber nada.

El portal se abrió dejando ver el más grande y árido desierto jamás visto en el planeta tierra, un lugar sin señal de vegetación, lamentos de angustia escuchados desde cualquier lugar y la atracción del lugar un castillo rodeado de llamas con una Arquitectura Gótica.

En el inframundo

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En el inframundo

El sendero hacia el castillo era marcado  por las huellas de fuego que dejaba Yoongi, quien fue recibido por criaturas bizarras, híbridos entre humanos y animales por cantos alegres pero para Taehyung eran perturbadores.

Un nuevo rey llegando, la penitencia anhelada de las almas adoraban a su rey esperando por fin su juicio otros preferían ser ejecutados pidiendo ser borrados de la existencia misma.

Un semidiós perturbando y temerario más un Dios perdido en un camino guiado por las  alabanzas de sus súbitos a su castillo era la alegoría perfecta para el inframundo.

—No quiero estar aquí— Finalmente habló el menor.

Yoongi vio el temor en sus ojos miel del semidiós.

—Estas condenado— Respondió cortante.

—¡No quiero estar aquí!.... Tu puedes liberarnos— Se acercó al Dios quien este retrocedió por instinto.

Las lágrimas caían por el rostro del rubio.

—Yoongi... Por favor regresa— Pedía de forma desesperada.

—Tu puedes unificar todo.

El rey del inframundo no sabía de qué hablaba ese súbito.

—¡Aléjate de mi!— Gritó usando su poder haciendo que el cuerpo de Taehyung retroceda.

—La muerte llegó a ti esa es tu pena— Hablaba ya como el rey encargado de juzgar a las almas pecadoras.

Eso fue la causa de que el semidiós rompiera en llanto uno muy triste, quizá por el hecho de que se encontraba condenado a ese infierno sin su Yoongi el que juro que protegería al mundo.

—No llores por favor— Se escuchó una voz totalmente distinta pero lo sorprendente era que el mismo dios lo había pronunciado con paz y tranquilidad.

—Yo te condene por traerte de la muerte, prefiero no tener culpa pero no puedo evitarlo— Yoongi se acercó al menor.

—Seré un nuevo y buen rey para todos aquí.

Taehyung paro de llorar y la esperanza volvió a flor de piel, se había sentido consolado por esas palabras.

—Pero debes ayudarme— Pidió el nuevo rey.

—Debemos descubrir tu origen— Pronunció Taehyung quien había tenido otra visión.

Las visiones tan reales de Taehyung eran parte de sus habilidades como semidiós de la suerte y el destino.

Ambos tuvieron contacto visual, el rubio de mirada fría había estado acorde con todo el inframundo pero sabía que su misión era otra.

—¡Amo!....¡Amo!...— Venia gritando hacia ellos un guardia infernal.

—¿Que pasó?— Yoongi miraba el asombro en los ojos de su guardia.

—Venga a ver esto, sucedió cuando usted y él llegaron.

Taehyung miró a los ojos de Yoongi y este lo tomó de la mano llevándolo hacia donde indicó el súbito.

—Yoongi.. Eso es hermoso— Exclamó con emoción el rubio.

—Imposible....

Entre una grieta del desierto árido y rojo crcia una pequeña plata aún sin manifestaciones de sí sería una rosa, un girasol o cualquier flor existente.

—Cúbrelo, que nadie la toque— El rey quedó cautivado por esa única presencia verde en todo su reino.

—Mi piel arde— Habló Taehyung.

—Todos aquí fuimos hermosos como tú... Pero con los años perderás esa belleza es lo que causa la estadía aquí—Mencionó el guardia.

—Descuida aún serás hermoso para mí — Yoongi habló sincero logrando que el corazón de Taehyung se emocionara.

El Príncipe del Inframundo (Yoontae)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora