El sudor recorría el torso del pelinegro, así como sus brazos y cuello.
El ejercicio que realizaba para marcar más su cuerpo hacía que el sudor escurriera por todos lado, haciéndolo ver más sexy.
Las chicas del gimnasio del edificio donde vivía, lo veían como si fuera una escultura, esculpida por los mismos dioses, cada ves que asistía ahí era lo mismo, por lo que ignoraba por completo lo que le decían.
-Hola- una chica se acercó a él y este la miro.
-¿Te puedo ayudar?- la miro y la chica se sonrojo.
-Bueno, solo quería saber tu nombre-
-Oh, JungKook- su mirada era de total naturalidad.
-Un gusto yo soy Lia- estiró su mano.
JungKook no supo como reaccionar por lo que la tomó cortésmente, estaba claro que era la primera ves en todo ese tiempo que asistía ahí que una chica se le acercara.
-¿Y estas solo JungKook?-
La chica un poco provocativa se le acercó a él haciéndolo que este arrugara su entrecejo.
-Am...pues no-
-¿Ha no?¿tienes novia?-
-Si-
-Pues yo no la veo- le sonrió.
-Pues mira detrás de ti- una voz femenina se escuchó.
La chica volteó y observo como Jeena la miraba con un ceja levantada y una cara de pocos amigos, JungKook al verla sonrió ligeramente, sus mejillas rojas de lo celos y sus brazos cruzados.
-Bueno no veo mucho- le sonrió.
-Pues lo que ofreces tampoco lo es, preciosa- Jeena sonrió cínicamente haciendo que la otra chica borrará su sonrisa - te recomiendo retirarte antes de que mi paciencia acabe contigo-
La chica salió de su vista enojada, Jeena fijo su vista en JungKook que la miraba burlón, no la pensó dos veces y se dio media vuelta para salir del lugar, a paso rápido JungKook la siguió y la vio subir al ascensor.
Poco después ambos se encontraban entrando al departamento del pelinegro, Jeena camino hasta la habitación y se recostó en la cama mirando el techo.
JungKook se apoyó en el marco de la puerta y observo a la chica posada en la cama, balbuceando cosas que no lograba escuchar, sonrió y un poco y luego habló.
-Jeena- la chica no respondió- vamos, ¿estás celosa?-
La chica paró de balbucear y miro al chico, se levantó y caminó hasta él con una mirada seria y JungKook le sonrió, le encantaba verla así.
-Date una ducha, apestas- dicho eso salió de la habitación, haciendo que JungKook borrara su sonrisa.
Jeena llevaba dos semanas residiendo en el departamento del pelinegro, era algo extraño ya que no había nadie más que él y ella, salían claro, pero no era lo mismo que como en casa de su tío NamJoon, pues ahí tenía a Sunny y HyoMin, las extrañaba.
Sus ojos se nublaron por las lágrimas, pues el pensar en esas cosas, la hacían sentirse rara, últimamente había tenido cambios de humor demasiado extraños, por un momento podía estar bien y sonriente, pero de la nada, se sentía triste y sola.
Tal ves el estar lejos de su familia le afectaba un poco, le gustaba estar con JungKook, claro que le gustaba, pero había ocasiones en las cual no quería ni verlo, quería estar sola.
-Cariño, ¿estás bien?- JungKook llego hasta ella con un toalla posada en su cintura y su torso desnudo.
-Si, solo tengo hambre- limpio sus lágrimas.

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GUARDAESPALDAS | JUNGKOOK |BTS
Fanfiction~De todas las reglas que existen, ninguna dice que no me puedo enamorar~ -Solo hay una regla que quiero que nunca rompas Jeena- -¿Y cual es?- -Dejar de amarme- -Jamás te dejaré de amar JungKook- ~Esta historia es totalmente mía, nada de copias o...