Escena 8

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Boun POV
Días después, no había señales de Tong y Prem le había dicho a nuestros amigos. Estaba más que feliz, hasta que en el almuerzo volvió.
-Hola a todos. Hola Nong.- ¿Por qué se empeña en hacerme enojar?
-Hola P´.
-No tienes nada mejor que hacer ¿cierto?
-Cálmate solo vine a saludar. Pero ¿tú no tienes que ver a Lu?
-Cállate o perderás el rostro que tanto adoras.
-Okay. Ah, Nong Prem. Si necesitas celebrar tu cumpleaños de nuevo, búscame.
-Y si no te alejas de Nong Prem vas a celebrar, tu brazo roto.
-¿Por qué, te daña el orgullo saber que lo dejaste plantado por ir con tu noviecita?
No aguanté más, me levanté y enseguida Prem me tomó de la mano y me llevó a la biblioteca de la facultad, cosa que me sorprendió bastante, me sostuvo todo el trayecto sin importarle que otros nos vieran. Era raro que tuviese la llave del lugar y que estuviese vacío, entramos y cerró la puerta con seguro. Según él tuvo un permiso especial pero no debía dejar entrar a otros.
-¿Necesitas ayuda para los exámenes?
-Sí P´. Vine a estudiar aquí, solos, ya que no me puedo concentrar cuando te dejas llevar por lo que te dice P'Tong.- Se sentó en una silla, cerca de unas ventanas abiertas con mucha claridad, sacó sus libros y los colocó en la mesa. Me senté a su lado, apoyé mi mentón sobre una mano y la otra con el puño cerrado sobre la mesa.
-Quiero estamparle la cara contra lo primero que vea.
-¡Hia! Ya le dije que somos novios. Él solo lo hace para molestarte, y funciona.
-¿Qué dijiste?- lo miré con los ojos bien abiertos.
-Err... Que estamos saliendo.
-No fueron esas tus palabras Pao. Dilo de nuevo. Quiero escucharte bien.
-mmm, yo... le dije... que soy tu novio. Pero puedo ir y retirar mis palabras.- Dijo levantándose.
Lo tomé de la muñeca, lo senté sobre mí y pronto comencé a besarlo. No era el lugar adecuado, pero pronto pasó a más. Saboreando cada parte de su boca, lo agarré de la cintura y lo acerqué más. Comencé a bajar mis besos haciendo marcas y recorriendo con mi lengua su cuello mientras abría los botones de su camisa y dejaba al descubierto sus pezones con los que me detuve a jugar. Prem gemía y quitaba mi camisa de uniforme. Nos desvestí por completo y se sentó sobre mí a horcajadas, sacándonos gemidos muy fuertes al intoducir mi evidente erección en su agujero, sin pensarlo. Dios, tenerlo así, moviéndose con desespero, tomando todo y rozando nuestras pieles, era el cielo, y saber que podíamos ser descubiertos, era el infierno, pero arderíamos juntos porque no podíamos parar. Luego de nuestro primer orgasmo, quedaba más deseo. Acomodándolo de espaldas a mí con su torso sobre la mesa y sus piernas en el suelo, las cuales abrió para darme mejor entrada, me introduje nuevamente en él para continuar con mi necesidad de enloquecerlo mientras de él salían los mejores sonidos de su boca.
Besaba su espalda y agitaba su miembro, mientras intentaba mantener la velocidad y rozar con su límite. No tardé en encontrar su punto de exitación, golpeé varias veces allí haciendo que Prem gimiera más alto. Me incliné sobre él, guié su mentón a mi boca para callarlo. Aumenté el ritmo, hasta que explotamos juntos por segunda vez. Prem se acomodó sobre mí e la silla, pero esta vez dormido con su cara y respiración en mi cuello, yo acariaciaba su pelo y su espalda mirando las marcas rojas que dejé. Luego lo desperté y nos vestimos.
-Hia ¿Tienes trabajo hoy? ¿A dónde vas con tanta prisa?- Preguntó Prem al verme recoger sus cosas rápidamente.
Me giré hacia él. -A comer contigo.
-¿Qué?
-¿Qué pasa no tienes hambre? Está bien. Adiós.- Dije alejándome.
-Oii Hia, que impaciente. ¡Espérame!- Corriendo para alcanzarme tras salir de la biblioteca y cerrar con llave la puerta. Al final, pospusimos sus estudios hasta la noche, claro que después vino otra sesión de besos y mimos.

Una RespuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora