Capítulo 7: ''Significados Abstractos''
Apenas respiro, aunque no me molesta, no quiero moverme, ni siquiera lo quiero intentar.
Después de la charla de anoche, solo nos quedamos en silencio por una hora completa, no había tensión ni incomodidad, solo mirábamos las estrellas y bebíamos el chocolate. No me molestaba para nada su presencia y creo que a ella tampoco le molestaba, ya que se hubiera ido si fuera así.
No sé cuánto paso en silencio, ni como llegamos a esto, pero anoche nos quedamos dormidos en el sofá. Ella ahora mismo se encontraba dormida en mi pecho su expresión era relajada y respiraba con calma, sonrío dos veces mientras me daba cuenta ya que mis ojos no se despegaban de sus expresiones.
Suspiraba mientras analizaba como nos quedamos así, pero también me preguntaba ¿Por qué no me atrevía despertarla? ¿Por qué ni siquiera intentaba moverme o cargarla a su cama? La verdad no sabía o solo quería engañar a mi mente. No era estúpido. Solo no quería aceptarlo tan rápido.
La tranquilidad se fue cuando el bolsillo izquierdo de mis pantalones dejando en vista de que alguien me llamaba, suspire al notar como de golpe despertaba la desorientada Aina y miraba al alrededor para luego dirigir su mirada soñolienta a mí.
Sus ojos medio abierto miraban mi cara con atención unos segundos como si quisiera caer en cuenta donde estaba, lamio sus labios resecos para luego con sus dedos quitarse algunos mechones marrones de su frente. Su mirada cabio más despierta y sus ojos parecían a los míos de hace un rato analizando la como rayos llego a quedar dormida en mi regazo toda la noche.
Con nerviosismo miro mis piernas donde seguía sonando el intenso sonido del teléfono: --- Debería contestar --- Susurro con nerviosismo y se levantó.
—Lo haré —me levante también y saque mi teléfono del bolsillo para visualizar que era el número de Maya.
—Preparare café. —Dice rápido, solo logrando asentir para ella ya que sale como cometa a la cocina.
Deslizo mi dedo para aceptar la llamada y comenzar a caminar a la salida de la cabaña.
—¡Hola! ¡Buenos Días! —Grita un energético Christian quien se rasca la nuca y ríe.
¿Cómo podía tener tantas energías? Mire a Aina un momento que solo rio, Puede ser pensando aquella misma pregunta y bostezo para decirle buenos días a la pequeña zanahoria.
—Por favor, no le des café —Digo con seriedad y luego sonrío sin dientes para salir y abrir la llamada totalmente. —Hola—Contesto mientras miro la cima de árboles ser sobresaltados por el sol.
—Hola —Dice animada, se puede escuchar risas reconociéndolas al instante. Max y Allie se encontraban con ella.
—¿Como estas? —Pregunto.
—Bien, un poco aburridos con los chicos—ríe y aquel comentario me hace sonreír un poco y miro el hermoso rio desde lejos —me no haces faltas —suspira y termina de decir: —¿Y tú?
—Me acostumbro —Digo sin comentar de más mientras suelto un lento suspiro.
—¿Sí? --- Susurra con alegría y esperanza. —Veras que valdrá la pena —Espeta dándome aliento.
—Claro, ya lo estoy comenzando a pensar. —Le digo con un poco de serenidad.
—Disfruta —Dice a través de la llamada puedo sentir su sonrisa.
—Eso trato.
—No seas gruñón —Me da ese consejo en broma mientras ríe.
—No prometo nada —Rio por unos minutos.
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Gritos al Cielo © ✔️.
Teen Fiction¿Por qué las personas buenas no son infinitas? No me arrepiento de nada Te amo Somos tan diferentes pero el amor nos hace tan únicos. Eres inefable. Eres Luz. Yo soy el pequeño fiel admirador de tú hermosa Luz. Tú Luz hace que el cielo sea irreal...