Capítulo 24: ''Admirando el cielo'':
Capítulo final.
No todo es como queremos, como pensamos, como soñamos, las 'personas siempre esconden algo, aunque creamos conocerlos del todo. Siempre algo ocultan, siempre algo pasa que no deja destrozados. Aina me oculto su secreto más grande tal vez porque creía que ya había superado todo, tal vez porque solo quería vivir.
Solo éramos personas rotas que nos creíamos héroes, al ver que juntos podíamos con todo, pero al ver bien, solo éramos unos pedazos de algo descompuesto por la vida misma, por tanto, sufrimiento.
Y la pequeña felicidad, solo le quedaba alguna semana para disfrutarla. Y al reconocer eso vuelves al principio donde la conociste, una y otra vez, sin saber si la coincidencia fue lo mejor que te había pasado.
Muchas personas decían que el amor dolía, que solo era una forma que nos engañaba el corazón, pero luego de que tu cerebro te dejara ver la realidad de todo te dolía como el infierno. Tal vez esto era real, pero no me dolía den furia sino de tristeza. Tristeza y impotencia al no saber qué hacer cuando me entere de todo, cuando tantas indirectas me dejaban ver que ella no estaba bien, que solo me hice el ciego, que disfrute y nunca ayude.
Ahora me escondo detrás de mi cuaderno al no poder hacer nada, solo escribir y gritarle al cielo.
¿Por qué las personas no son infinitas?
No creo en los milagros, pero me aferraba a que pasara uno en el que no acabara de nuevo hincado llorando y quedando un muerto en vida.
Al parecer estaba destinados a vivir la historia una y otra vez.
Me asustaba caer de nuevo, dejar caer a la persona que amaba dejar que toda otra vez colapsara, quería evitarlo. Pero no tenía el control para manejar la vida como me plazca.
Él lo tenía.
Y l parecer me odiaba porque siempre me quita la poca felicidad que me queda.
Y a pesar de todo no la olvidaría jamás.
Es mi mejor recuerdo.
Mi mejor Historia, jamás narrada en mis libretas.
La mejor estrella que pude visitar y nunca entenderla y siempre seria así: Yo aquel astronauta que intentaba entender su energía tan particular que nadie podía descifrar y ella la pequeña estrella que se escondía con miedo a que la rompiera de nuevo.
Siempre será la mejor estrella que pude ver sin necesidad de un telescopio.
Respiraba aire fresco, me encontraba en el patio de la casa de campo que habían alquilado los abuelos de Aina, ella quería un lugar bonito para estar, así que desde ayer que salimos del hospital sus abuelos se encargaron de hacer todo lo que pedía, alquilaron esta casa campo en la playa.
Ella ama ver el cielo desde el mar.
La mesa para comer se encontraba afuera, las sillas estaban acomodadas y había un hermoso paisaje del mar lo cual iba a hacer un agradable almuerzo. Ponía los platos sobre la mesa mientras Aina se encontraba a mi lado ordenando los vasos, la mire unos momentos y cruzamos miradas al hacerlo sonreímos.
Aina les había pedido a sus abuelos que me dejara quedarme con ellos, ellos dijeron que si sin problemas, estoy feliz por tenerla cerca mío.
—¿Me quieres decir algo? — Le pregunto al ver sus ojos que gritaban preocupación.
— Aquí no— Traga y toma mi mano— Un poco más lejos. — Susurra y me lleva más cerca del mar.
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Gritos al Cielo © ✔️.
Teen Fiction¿Por qué las personas buenas no son infinitas? No me arrepiento de nada Te amo Somos tan diferentes pero el amor nos hace tan únicos. Eres inefable. Eres Luz. Yo soy el pequeño fiel admirador de tú hermosa Luz. Tú Luz hace que el cielo sea irreal...