Parte 7

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¡Enjoy!

...

Parrish ayudó a recoger las latas de cerveza de la mesa de centro. Mientras Stilinski llevaba la caja de pizza vacía a la cocina, donde la desechó tras doblarla y meterla en una bolsa de basura que sacaría más tarde.

― Siento haberte quitado todo el día, Noah.

― Nada de qué disculparse. Además, estuvimos trabajando todo el día. En mi casa, pero trabajo a fin de cuentas. ¿Te has calmado lo suficiente?

Parrish asiente, tras haber aplastado con sus manos cada lata de cerveza, depositándolo en otro cesto de basura. Porque claro, Stilinski recicla.

― Gracias. Será mejor que me marche ahora

― ¿Estás bien volviendo a Rock Creek? Puedes quedarte y pasar la noche, tengo una habitación extra.

― También tengo un departamento, en caso de que no me sienta cómodo volviendo a Rock Creek.

― Pero no tendrías que manejar. Jordan, en serio, me preocupa que este celo tuyo se dispare y alguien pueda sacar provecho de ti.

― ¿Tengo que recordarte que soy un sobrenatural?

― Puede haber otros sobrenaturales que todavía puedan aprovecharse de ti.

― Eres así con Stiles, ¿verdad?

― Sí.

Parrish asiente. No puede decir que se sienta feliz con eso. Porque claramente no quiere ser considerado como otro hijo en el pensamiento de Stilinski.

― No soy tu hijo, Noah.

― Sé que no. Pero eres joven, no puedo evitarlo.

― Entonces, ¿seguirías pidiéndome quedarme si te digo que me gustas? Que la razón por la que quise pasar el tiempo contigo con todo este asunto novedoso del celo es porque tu olor me calma, así como los latidos de tu corazón y el calor que emanas.

El detective Stilinski abre los ojos de par en par. Su olor, por supuesto, cambia. Parrish da un paso atrás, arrepentido de su imprudente honestidad. No dice nada, pero sus movimientos son claros. Está marchándose. Cuando está en la estancia, a punto de tomar su móvil, la mano de Stilinski sujeta su brazo.

― No te vayas, Jordan. Hablemos.

Parrish se gira bruscamente. Más de lo que pretendía. Se zafa del agarre en un parpadeo, sintiendo el hormigueo ahí donde su piel entró en contacto con la ajena. Podía sentir el fantasma del suave toque de los dedos y la palma de su mano.

Stilinski clavó sus ojos en la mirada del muchacho, suspirando inconscientemente porque ¡con un demonio! ¡le ha arrojado una bomba sin decir "agua va"! Ese me gustas tenia implícitas más cosas de las que probablemente quiera ser consciente en este preciso momento.

― ¿Noah?

― No estoy seguro de todo lo que significa tu celo, pero, estoy bien con cosas como abrazos. Incluso, besos. Sí, puedo ofrecerte eso, sin dudas. Besos y abrazos. O abrazos y besos. Diablos, estoy sonando como mi hijo, ¿verdad?

― Un poco, sí.

― Mierda. ― Farfulla, se peina el cabello hacia atrás, por el simple hecho de pasarse los dedos entre los mechones castaños y luego aclara su garganta. Sus ojos clavados de nuevo en la cara sorprendida del ojiazul. ― Solo digo, Jordan; es mejor si tienes compañía, probablemente quieras más de mí, y lamento no poder dártelo. Pero lo digo en serio, hablemos, explícame. Y a cambio puedo abrazarte y hacernos un burrito bajo las mantas o algo así.

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