Mudez/Emiliaco

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Emilio despidió a sus amigos; Asher y Charlie, con una sonrisa algo incomoda, quería terminar ese ambiente tenso que se estaba creando.

—Hermano, vamos. —le dijo Emilio para que dejara de ver tan fríamente al alfa conejo.

—Nos vemos Charlie, no olvides escribirme. —cambió su semblante por una sonrisa al ver al omega.

Asher suspiró y comenzó a caminar para desaparecer de ese lugar, el omega se despidió rápido y corrió para alcanzar al otro alfa e ir juntos a sus casas.

—¿Podrías por favor llevarte bien con Asher?

—Primero que se disculpe y veremos. —terminó de decir y comenzó a adentrarse a su hogar.

El alfa lobo suspiró cansado y vio al minino en sus brazos, lo acarició mientras entraba a su casa.

—¡Estamos en casa!

—¡Hola bebes! —una cabeza grisasea se asomó para recibir a sus lindos hijos con una sonrisa.

—Hola, ma. ¿Qué hay para comer? —preguntó Oli dejando su mochila en el sillón para ir a sentarse en la mesa.

—Espaguetis con bolitas de carne. —dijo sonriendo—, ¿a dónde vas?

Emilio se paralizó cuando estaba por subir por las escaleras, volteó lento y se encontró con la mirada de su madre.

—Hola, ma.. —sonrió y dejó su mochila en el sillón—. Esto.. Madre, ¿qué piensas de tener una mascota?

Joel dejó los platos en la mesa y miró a su hijo con una ceja alzada, bajó su vista hasta sus brazos en donde estaba una bolita de colores. Sonrió y se acercó a su hijo para darle un golpecito en la cabeza.

—¡Mamá! —se frotó la parte del golpe con una mano.

—¿Qué te dije de que tenías que consultar con tus padres?

—Que si había un acuerdo.

—Pero no puedo enojarme, el gatito es muy lindo. —agarró al minino y lo acarició, este ronroneó en sus brazos y el omega lanzó un chillido de felicidad—. ¡Se queda! ¿En dónde lo encontraste?

—Su novio se lo dio —dijo en broma su hermano con una sonrisa burlona. Emilio lo fulminó con la mirada amenazándolo, miró a su madre y estaba boquiabierto.

—¿Qué? ¿Ya tienes pareja? ¡¿Tan pequeño?!

—Eh... No mamá, solo es un amigo. —sonrió nervioso.

—Ah, menos mal. Debes ser como tus padres, que se casaron después de terminar sus estudios. —dijo orgulloso.

—Hablando se eso, ¿dónde esta papá? —preguntó Oli con espagueti en su boca.

—Regresará tarde hoy. No se preocupen.

La pequeña familia empezó a comer tranquilos con el minino en el sillón jugando con una pelotita. Emilio se recreaba varias escenas en como decirle a sus padres sobre su omega, entonces llegó al acuerdo de decirle a uno por separado.