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El día esperado llegó y casi todos estaban en el puerto de Busan, casi ya que sólo Joaquin faltaba. Resultaba que al final la madre de Joaquin no podría asistir al viaje porque tenía que sacar una cita médica para Joaquin. Emilio pudo visualizar una cabellera castaña a lo lejos, su omega estaba corriendo con su maleta en mano aparentemente cansado, el alfa sonrió y le dio el alcanse para ayudarlo con su maleta.

—¿Muy pesado, hermoso?

Joaquin se ruborizó al instante y asintió ocultando sus mejillas calentitas entre sus pequeñas manos. Después de unos cumplidos más hacia su omega llegaron a donde estaban los demás.

—El vuelo sale a la diez de la mañana. Hay que apresurarnos, falta media hora —habló el alfa mayor a lo que todos se apresuraron.

Ya dentro del avión todos se sorprendieron al ver el interior, parecía ser de la clase vip, los asientos e incluso las paredes parecían lujosas, además que portaban unos mini plasmas. Los menores se emocionaron como si fueran unos dulces nuevos y se abalanzaron a los asientos claramente cómodos.

—Me pregunto de aquí hasta que tiempo me dará una recompensa el jefe.

—No pienses en trabajo. Ahora solo hay que disfrutar, mira como los pequeños están emocionados —habló su esposo al ver a sus hijos junto con sus amigos. Su pecho dolió al ver como sus hijos ya estaban creciendo y pronto dejarian de ser sus cachorros.

Como era de esperarse Joaquin y Emilio se sentaron juntos, al frente de ellos había dos asientos más, los cuales ocupaban Charlie y Asher.

—¿Ustedes son novios, verdad? —preguntó de la nada el omega tigrillo con su singular sonrisa. Su alfa al lado casi se atoró al beber de su jugo.

—¡¿Eh?! ¡¿Mi inocente Joaquín?!

—Baja la voz por favor, mis padres estan a unos asientos de aquí.

Disimuladamente el omega gatito tomó entre sus manos el jugo de fresa que descansaba en la pequeña mesa, alzó la vista encontrándose con la ansiosa mirada de Asher y la divertida mirada de Charlie. Dejó de beber y un poco ruborizado asintió dando a entender que sí, su hyung y él estaban en una relación.

—Pues no quiero alardear pero... Mi Asher y yo fuimos la primera pareja —se inclinó un poco para poner su cabeza en el hombro de su alfa.

—Bueno, no tengo más que decir. Cuida bien de Joaquin, Hyung —dijo entre dientes al tomar de su jugo de platano.

—No hace falta que me lo digas. Pues Joaquin y yo... Somos especiales el uno al otro —dejó un pequeño beso en la mejilla rellenita de su omega.

Por otro lado, Camilo veía la escena romántica de su hyung con el omega gatito, suspiró ya que literalmente todos estaban emparejados.

—Solo faltan ustedes dos y ya quedó como el solteron del grupo —bajó una carta de corazones a la mesa.

—No somos nada Camilo -bajó otra carta —¿verdad Hoshi?

—Qualunque cosa tu dica —repitió el mismo acto que los demás y miró a otro lado.

—¿Perché sei arrabbiato? No importa —suspiró cogiendo dos cartas de la mesa—. Tenías un crush con Joaquin, ¿verdad?

—Tú lo has dicho, tenía —sonrió al ver todas sus cartas juntas listo para ganar—, pero es algo por lo que todos tienen que pasar, ¿no? Aunque la minoría no pasan por eso.

—Tú lo has dicho. Gané —bajó sus catas completas.

—Maldición.

—No entiendo este juego. Mejor dormiré a lo que llegamos —suspiró el omega lobo, se volvió y cerró los ojos.

Mudez/EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora