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Pasaron algunas horas, horas en donde compartieron calor entre sus cuerpos abrazados, Joaquín fue el primero en despertar y tener la suerte de ver a su pareja dormir tranquilamente frente a él. Su rostro se veía tan tranquilo y relajado que no pudo resistir a darle un tierno besito en su pequeña nariz y otra en sus labios. Se estremeció un poquito al escuchar el ronco quejido de su alfa avisando que estaba a nada de despertar, en un movimiento rápido cerró los ojos disimulando que aún seguía durmiendo, cosa que Emilio sabía perfectamente.

-¿Aún sigues dormido? Juraría qué sentí unos dulces labios rosando los míos... Así como estos que tengo adelante -acercó sus manos al abdomen de su omega y empezó con su ronda de cosquillas logrando despertar a su linda pareja, como consecuencia Joaquín recibió un dulce beso de su acompañante. El omega cubrió su sonrojado rostro tanto como su color de cabello por tal acto tan dulce de su Alfa-. Gracias por despertarme tan dulcemente -dijo antes de besar la frente del castaño. 

Joaquín asintió con una linda sonrisa viéndolo a los ojos, en cuestión de segundos notó su cercanía al de su Alfa, estaban muy cerca, tanto que podía sentir el aroma a chocolate. Entonces recordó esa vez cuando Emilio liberó sus feromonas para calmarlo, juraba haber sentido dos aromas, chocolate y... Canela. 

Emilio se sorprendió cuando Joaquín se lanzó sobre él y ocultó su cabeza en su cuello, su pequeña nariz rozaba el cuello del Alfa desesperado por sentir el otro aroma, estaba frustrado por no sentir el aroma de su pareja. 

-Jo-Joaquín... Creo saber porque estas haciendo esto... Y la respuesta es, no puedo liberar mi aroma completamente para ti, si lo hago es posible que entres en celo ya que somos... -Se puso en debate interno en si decirle a Joaquín que eran destinados o no, ¿Como reaccionaria? ¿Le daría miedo? 

Joaquín se alejó un poco y frunció su entrecejo y sus labios, hizo puños en los hombros del Alfa empezando a moverlo desesperadamente, quería saber lo que iba a decir. 

-Ya que... Somos... Destina- 

-¡Mis niños! -el omega mayor entró casi tumbado la puerta asustando a Emilio y Joaquín, este último se escondió en el pecho de su Alfa por puro instinto. 

-¡Mamá! 

-Oh... ¿Interrumpo algo? Hola Joaquin... -se inclinó para ver al pequeño omega, este se asomó con sus mejillas coloradas al escuchar su nombre, movió su pequeña mano y sonrió con un poco de vergüenza, "Mi hijo tiene buenos gustos" pensó el Omega orgulloso por su hijo. 

-De hecho no... -recibió un pequeño golpe en su pecho de parte de su omega-. De hecho si -se retractó. 

-Bueno. Cuando terminen bajen a la sala, les preparé un rico desayuno. 

Quedaron nuevamente a solas, una pequeña tensión se formó ante el silencio, Emilio suspiró y aclaró su garganta mientras formulaba las palabras correctas para decirle de la mejor manera que sus almas fueron destinadas a encontrarse nuevamente. Recibió otro golpecito por la desesperación de su omega. 

-Joaquín. ¿De casualidad conoces la historia de los destinados Dios Luna y Dios Sol? 

Joaquin hizo memoria ante esa pregunta. Su madre siempre le contaba esa historia antes de dormir cuando era niño, ¿pero qué tenía que ver esa historia con su duda? Asintió cómo respuesta a la pregunta de su Alfa. 

-En esa historia se narra que ellos siempre se encontrarían, no importa cuanto tiempo se tomaran, siempre se volverían a encontrar. Joaquin, tú eres mi luna y yo soy tu sol. Somos destinados amor. 

En ese instante miles de preguntas cruzaron la mente del omega gatito. Buscó rápidamente su celular y escribió su pregunta para que la voz robótica lo diga.  "No entiendo Hyung, ¿esa es la razón por la que no puedo sentir tu aroma completamente?" 

Mudez/EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora