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Se dio otro golpecito más en la pared, estaba refunfuñando, el lobito se levantó de lo más contento pensando en ver a su omega otro día más pero un escalofrío recorrió su cuerpo al momento de levantarse, su cuerpo se sentía débil y muy caliente. Otro golpecito más, quería verlo, sin dudas pero, si le decía a su madre haría lo posible para que no fuera a estudiar. 

Suspiró, abrió la puerta y comenzó a bajar las escarelas con mucho mareo, al momento de estar al frente de la cocina, en donde estaban sus padres abrazados, se detuvo y tomó aire. 

—¡Hermano! —un fuerte golpe recibió en su espalda, su cuerpo estaba débil y terminó en el suelo— ¡¿Hermano?! 

Así terminó en la cama con su padre omega abrazándolo y dándole cariño y su padre alfa quién regañaba a su pareja porque también se enfermaría. Su hermano entró a la habitación con un caldo de pollo calentito junto con un vaso de agua y pastilla al lado, todo en una bandeja y lo dejó en la mesita de noche. 

—Lo siento, no sabía que estabas enfermo, de saberlo te hubiese pegado más suave. 

—Tranquilo, yo tampoco sabía. —le desordenó sus cabellos y su hermano le miró con una sonrisa. 

—Bueno, ya debo de irme. Por favor cuídate mucho mañana es un día muy especial, no te olvides. —se despidió con su mano y desapareció por la puerta. 

—Cariño.. Déjalo un momento, solo es un resfriado. 

—Es mi bebé y esta mal. Debo cuidarlo, es mi cachorrito. -lo abrazó más contra su pecho. 

—Si también te enfermas tendré que cuidarte, y sabes que no soy bueno en la cocina. 

—Esta bien. —se rindió, recordó una vez cuando estuvo enfermo y su esposo casi quema la cocina—¿Estarás bien solo? Si quieres puedo darte de comer. 

—Estaré bien ma. Puedo comer solo. 

Y con esos sus padres salieron de su habitación para dejarlo descansar. Cuando cerraron la puerta suspiró fuerte, se levantó y comenzó a comer de su caldito, hoy no vería a su omega y eso le hacía muy mal, ahora más que nunca quería ir todos los días a la escuela. 

—Por lo menos estaré con el gatito. —sonrió cuando vio una masita peluda en su armario, calentito y durmiendo.  

Suspiró por tercera vez en el día, estaba algo aburrido, su profesor de señas había faltado por su fecha de celo y eso llevaba también la ausencia de su tutor y profesor de inglés

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Suspiró por tercera vez en el día, estaba algo aburrido, su profesor de señas había faltado por su fecha de celo y eso llevaba también la ausencia de su tutor y profesor de inglés. Tres horas libres, sin hacer nada, o bueno, sus amigos sí estaban haciendo algo, solo que él no estaba de ánimos por la falta de su hyung. 

—Vamos Joaquín, hay que jugar. —le animó Cami al verlo tan decaído. 

—¡Pónganse en parejas! Jugaremos semana inglesa —dictó la omega quién estaba sobre una mesa, la delegada. 

Mudez/EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora