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Llegaron a la sala de espera del cine, en donde se podía ver las carteleras de peliculas recién estrenadas, y entre ellas había una en particular que era muy sorprendente, el actor también era muy reconocido.

—¿Qué quieres ver, Joaquín? —Esperó tranquilo a que eligiera.

No pasó mucho tiempo para que caminara hasta la cartelera que quería ver. Emilio se sorprendió al ver lo que había elegido, no pensaba que ese tipo de películas le gustaba. Ese dato de su lindo omega lo estaba enamorado aún más.

—Entonces... ¿Train to busan?

Asintió mientras apuntaba la cartelera con su pequeño y gordito dedo, sus ojitos avellanas brillaban con mucha ilusión y felicidad. Emilio sonrió al ver a su omega tan lindo, se acercó a él y sujetó su mano.

Ambos estaban casi acostumbrados de juntarlas, casi ya que aún podían sentir algo de nerviosismo; Emilio por tener contacto con su omega y Joaquín por no descifrar bien sus sentimientos.

Llegaron a la larga fila para pagar sus entradas. Osorio dio un vistazo y notó que la mayoría estaba en pareja, abrazados y otros dándose pequeños besitos, una mirada de ilusión se formó en sus ojos negros al pensar que algún día estaría así con su lindo omega.

Suspiró, la fila comenzó a moverse y con eso un pequeño empujón en Joaquín, lo sujetó antes de que chocara con algo y lo puso delante de él para protegerlo entre sus brazos.

-Así estarás a salvo -sonrió cuando el castaño sujetó sus brazos y asintió con su cabecita. Desde arriba Emilio pudo ver lo pequeño que era, inofensivo pero a la vez muy valiente. Su turno por fin llegó, pagaron sus entradas y salieron de ahí para tomar aire fresco, pues la sala estaba muy llena en fechas de estrenos.

-Bueno, la película iniciará a las cinco de la tarde, ahora son las cuatro. Tenemos una hora para pasear por la plaza y ver algunas cosas. ¿Vamos? -sujetó su mano cuando vio la alegre sonrisa en sus labios rechonchos con un tenue color rosita brillante por el labial. Su omega sí que era un ser muy hermoso para su propio corazón.

Comenzaron a adentrarse en la plaza viendo algunos puestos de ropa y otras de comida muy reconocidas. Pararon en una heladería ya que su omega quería un rico helado por el calor que hacía.

—Yo lo pagaré. Adivino. ¿Sabor a chocolate?

El omega gatito se ruborizó al recordar lo que pasó el día anterior, cuando pudo sentir su aroma por primera vez, algo tenue pero pudo sentirlo. Asintió tapando sus mejillas para que no lo viera.

Emilio pagó el helado y fue a donde estaba Joaquin, quitó sus manos de sus lindas mejillas rojisas y le dio un besito en amabas logrando que estuviera más rojito. Infló sus mejillas por ser molestado de una manera vergonzosa y tierna.

Recibió el helado en forma de pirámide y se lo dio a su omega, este lo aceptó muy alegre al ver lo grande que era, mucho helado para él. Emilio infló ligeramente su pecho por haber sacado una sonrisa a su omega, el dinero por el helado extras lo valían.

Siguieron su camino viendo algunas cosas por las vitrinas de algunas tiendas, Emilio se acercó mucho a su omega cuando este se distrajo un rato, justo cuando lamió el helado su omega volteó y se encontró con el rostro de su hyung muy, muy cerca.

—El helado está muy rico.

Tragó en seco cuando vio la linda sonrisa de su hyung, sus labios eran muy finos y rosaditos, le dieron ganas de darle un rápido besito pero se reprochó por pensar en esas cosas. Señaló a un lugar aleatorio para avanzar y dejarlo de ver, si lo seguía viendo su corazoncito no soportaría tanto y se lanzaría a los brazos del alfa y darle muchos besitos por su linda cara.

Mudez/EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora