Capítulo 007

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"Viejo amigo"

Su vida nunca fue como la espero pero si como la necesito. Su madre fue la mejor persona, la más hermosa y valiente de todas las que a conocido. Sus amigos fueron parte importante de igual manera, quienes le tendieron la mano sin importarle su segundo género. Su padre fue un gran hombre, al menos lo que recordaba.

Su mamá lo crió como un niño más, no dejo que el ser un pura sangre se le subiera, jamás dejó de consentirlo y hacerlo sentir como en casa porque sin importar en donde esté su madre siempre sería su hogar. Su dulce hogar.

Su padre que murió de cáncer a sus cortos 5 años de edad, recordaba al hombre como su héroe. Como un día en pleno verano, el salió andar en bicicleta y al caerse su padre fue de inmediato para ayudarle, fue una de las muchas cosas que hizo por el y en verdad le agradecía ser el mejor padre.

Sus amigos lo trataron igual que un chico normal -con problemas de ira- al que nadie se le acercaba. Siempre mirando a sus pies, pues sabía que nadie le hablaría. Eso cambió un día, un día que se tatuó en su memoria, pues jamás, jamás lo olvidaría.


—¡H-hola! Me preguntaba si tenías un lápiz que me prestes... ¡digo! Solo si quieres claro...

¿Qué?

Bueno... pues, no tengo uno.

¿Me hablas... a mí?

Sip, oh es verdad, que maleducado. Soy Midoriya, Izuku Midoriya.

Y el jamás olvidaría esa cara sonriente, ni esas pecas en sus mejillas o sus temblorosas manos y sus palabras arrastradas pero alegres y con energía.


Ese chico de extraños cabellos verdes fue amigo, su primer amigo. Uno que no lo veía con ojos de miedo sino todo lo contrario, cada vez que pasaba por los pasillos su cara se iluminaba de una manera que no entendía y hasta llegó asustarse al comienzo.

Ese chico fue su única esperanza de que no todo el mundo era igual, de que en verdad no todo estaba perdido y se aferró. Se aferró a su -extrañamente posible- esperanza.

Midoriya Izuku, su pequeña luz dentro de toda esa oscuridad. O como el solía llamarlo Deku.

Siempre creyó que no tendría ningún otro amigo más que a Deku, pero cuando esté llegó acompañado de alguien más no supo si era alguna ilusión o la realidad. Por alguna razón la manera de hablar del otro chico confirmo que no era una ilusión y de hecho si estaba entablando una conversación muy animada con él.

Y ahora se encontraba sentado solo en esa cafetería, sin querer voltear y con una ligera capa de sudor cubriéndole la frente. Por primera vez en años tenía miedo, a lo que podría pasar si volteaba, o lo que podría no pasar si solo se marchaba corriendo a toda prisa de ese lugar como si su vida dependiera de ello -que en cierto modo así es- por más que su interior rogaba por voltear.

No es él tarado, solo levántate y vete de aquí. Dijo en su mente, pero estaba tan ansioso y frustrado como para hacer cualquier movimiento.

—¿Señor? ¿Señor, se encuentra bien?

Tal vez si volteaba él estaría ahí con una sonrisa, una sonrisa para calmar sus nervios como en preparatoria, si tan solo volteara miraría sus mejillas pecosas y el sabría que todo su plan de escapar de todo lo que alguna vez se atormentó se esfumaría como el soplo del aire al polvo.

Delta - BAKUTODO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora