Wounded

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"Estas ardiendo" aquellas palabras resonaban como incesantes campanas dentro de su cabeza, podía sentir bajo sus pies la imaginaria estela de calor que crea el combustible antes de prenderse en llamas.

No quería tenerle miedo, deseaba darle una vida que fuera digna de ser vivida, pero la arrastre al fuego, el frio, el barro, las heridas y gemidos agonizantes de la guerra. ella aprendió, antes que nada, antes que todo que su vida era desechable, que latía su corazón por quien quiera que fuese a declararse su amo, que no fue jamás digna de ser mirada con amor.

Alguien como ella que sabría del amor, ni si quiera tenia un nombre. Hasta ese punto éramos Dietfried y yo tan diferentes, quien podría imaginarse que éramos hermanos gemelos, cuando el era tan frio y distante, casi como un iceberg flotando solitario en medio del mar. Tan pobre de humanidad este hombre que se hacia llamar mi hermano, que tan valiente daría la vida por su país y sin embargo había despreciado a esta pequeña como si fuera basura.

"violet, ese será tu nombre a partir de hoy" y realmente quería que un día ella pudiera vivir para ese nombre que se le había regalado, porque ese nombre le daba la oportunidad de una nueva vida, de libertad.

Pero le tenía miedo, no podía mirarla de otra manera que no fuera con terror. Terror de que a mi lado ella continuara perdiendo la infancia que ya le había sido arrebatada, que a mi lado continuara quedándose sola y perdiendo la poca humanidad existente en ella.

La ropa de soldado que le entregaron le quedaba siempre demasiado grande, pero eso no detenía la rapidez de sus ataques, ni la hacía más lenta o torpe en el campo de batalla. Siempre me miraba como un perro esperando a que su amo diera la orden y rayos que odiaba que su única motivación fuera oírme decir "mata".

Deseaba vida para ella y en cambio conmigo cada día podía ser el último. Deseaba con vehemencia no verla sonreír después de cada batalla, no esperaba que encontrara ni ella ni yo felicidad en medio de una guerra, y henos aquí, en esta circunstancia que me aterra, mirándola brillar mientras bajo su mano caían cientos de cadáveres.

Sus manos no tiemblan ante la certeza de haber quitado una vida, su mente parece estar siempre serena y tranquila, no vacila.

Fue entonces que la vi, aquella chispa que podía en cualquier instante verse extinguida.

"son sus ojos" y ella miraba algo con la mirada que los niños tienen cuando quieren algo con impaciencia, por primera vez sus ojos azules y oscuros, brillaron contra los míos.

Al acercarme, pude notar que apuntaba a una joya, que sin lugar a dudas era del mismo color que mis ojos, violet jamás pidió por nada, aquel regalo seria determinante en mi nueva decisión.

"vive, desde el fondo de mi corazón, violet, vive" 

ArderasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora