Kakarott

Capitulo VIII

¿Como están? Amigos de wattpad, espero que muy bien. Aquí esta el capitulo de este humilde fanfic, espero de corazón que sea de su agrado. Sin mucho que decír, vamos a leer. (No olviden dejar su maravilloso voto).

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—Es un trabajo fácil, en la región del norte. Hay un grupo de extranjeros, no se con exactitud qué raza son. Pero han causado muchos estragos en el planeta... Creo que sirven a los demonios del frío, deberías tener cuidado.

—Solo trabajo con la mitad del dinero, la otra mitad cuando termine el trabajo. — Varias veces hize trabajos en los que no pagaban. Tenía que tomar precauciónes.
El tipo arrugó el rostro indignado. Pero sin rechinar sacó el dinero.

—La otra mitad cuando termines el trabajo. —. Agarre el dinero y salí del lugar.

Según el informante, las sabandijas están en la región del norte.
Salí volando en un estallido de velocidad. Las rocas se destruian a mi paso.
En cuestión de segundos ya había llegado al lugar.

Una pequeña cuidad. Baje al lugar y empeze a caminar entre la gente. Todos me daban muy mala espina, cada uno era de distinta raza. Deduje que todos servían a esos miserables.
Llegue a la casa más grande del lugar, imagine que sería el hogar del líder de estos insectos.

Un sujeto se posicionó frente a mi, impidiendo mi paso.

—¿Que se te ofrece? —. Su voz y aliento era asqueroso, ni hablar de su apariencia.

—Puedo hablar con él líder de todos aquí... Por favor. —. El tipo gruñó y me guió por la casa hasta llegar a una habitación con un gran sujeto, tenía un nivel de ki más o menos decente... Pero seguía siendo un debilucho.

—Es un placer conocerlo, general. —. Me incline en señal de respeto.

—Se puede saber, ¿A que ha venido un saiyajin por estos lugares?—. Me sorprendi al ver que se había fijado en que era un Saiyajin. —. Si mal no recuerdo... Lord Cold esta buscando a un saiyajin... ¿No tendrás algo que ver con la muerte del gran Freezer y sus hermanos? —. Solté una leve risa.
Al parecer este tipo era más inteligente de lo que aparentaba.

Se puso de pie y camino hasta encararme.

—Sabes que no saldrás de aqui con vida. Tu cabeza tiene precio, aunque hay una jugosa recompensa por llevarte con vida. —. El tipo se acercó aun más, tal vez con la intención de intimidarme.

—¿En verdad aprecias tu vida? Yo estoy seguro de que alguien como tú, tiene muy claro el instinto de supervivencia. —. Mis ojos se tornaron amarillos, sentí como sus humos bajaron de tope. —. Puedes sentirlo verdad... Como tu cuerpo te grita que huyas... ¿Puedes sentirla? Mi hostilidad. —. Atravesé su pecho con mi puño.
Los guardias miraron aterrados la escena pero aun así se lanzaron en mi contra.

Libere todo mi poder y fueron desintegrados. La casa se derrumbó al hacer tal acción, me eleve y todos el lugar estaba hecho un caos.
Los insectos a mis pies lanzaban ataques con tal de matarme.
Alze la mano y destruí por completo la ciudad.

Era demasiado aburrido. Nunca podía tener una batalla que hiciera estremecer mi cuerpo. Alguien que me llevara a mis límites.

...

—El trabajo está hecho. Quiero mi paga. —. El contratante me entregó una bolsa llena de dinero.
Me marche del lugar, camine por todas las calles de la ciudad.

Luego de varias horas me aburrí demasiado, me dirigí a mi nave y abandone el planeta.

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—Entonces ese saiyajin es más fuerte que cualquier otro, patrañas. —. Un tipo no muy alto con pelo en forma de flama muy parecido al rey hablaba.

—No hagas ninguna tontería, Vegeta. —. Ordenó el Rey. —. Tienes prohibido ir a buscarlo... Tenemos asuntos más importantes, los demonios del Frío esperan una guerra. Hay que estar preparados. —. El rey comenzó a deambular por la gran sala del trono.

—Humph, esos insectos... Los acabare con mis propias manos. —. El príncipe salió de la gran sala.

Kakarotto.

—Ya llegué. —. Entre en una pequeña casa.
Al dar un paso me agache esquivando una patada. De la oscuridad salieron 5 niños dispuestos a golpearme, me teletransporte y todos chocaron entre sí. — JAJAJA, aun les falta mucho chicos. —. Seguí caminando y llegué a la cocina.
Saqué varias cosas de una bolsa y me dispuse a preparar la cena.

—¿Ganaste mucho dinero? —. Me pregunto uno de los niños.
Quite la olla del fuego y me di la vuelta, lleve una de mis manos a mi pantalón y saqué la recompensa.

El niño me miró maravillado. Camine hacia el y le entregue la mitad de la recompensa.

—Repartelo a los demás. —. Le dije y el niño salió corriendo.
Acomode la mesa y procedimos a cenar.

...

Los niños eran huérfanos. Los encontré robando en la ciudad.
No pude dejarlos solos.
Me convertí en su cuidador, ahora vivía por ellos. Por mantener sus ojos con esperanza.

...

—Vamos... 996, ustedes pueden. 999, 100, Listo. —. Todos los días los entrenaba.
Hacían una hora de calentamiento en la mañana. Cada día le subía el número a las lagartijas.
Al terminar el entrenamiento peleaban en parejas. Aún no estaban listos para luchar en mi contra.

—Yato debes tranquilizarte, relaja tu cuerpo. A la hora de luchar sueles tensarte de más. —Hable mirando los combates.
Yuto era un niño con un talento bastante prometedor... Pero había dicho antes, se tensaba mucho, y eso puede llegar a ser fatal en una batalla.

—Esta bien, maestro. —El niño dio un salto hacia atrás, cerró sus ojos y suspiro. Abrió los ojos nuevamente y se lanzó a la batalla.
Kakarotto sonrió ante esto y siguió viendo los combates.

—Muy bien, es suficiente —. Grito el saiyajin y los combates se detuvieron de inmediato. —Vayan a bañarse para poder cenar.

Todos salieron corriendo al escuchar la palabra "Comida". Kakarotto sonrió ante esto, su nueva vida no estaba nada mal.

....

—¡Dinos!, ¿eran fuerte los tipos? —. Pregunto Yato mientras mordia una pierna de algún animal.

—¡No digas tonterías Yato, sabes que ante nuestro maestro no hay nadie fuerte! —. Grito otro de los pequeños mientras se llenaba la boca de comida.

—HAHAHA, vamos no tienen que discutir por eso... Pero claro que hay tipos mucho más fuertes que yo allá afuera. —Todos guardaron silencio ante lo que dije.

—¡Jah, no lo creo... Tu eres el mas fuerte! —. Grito Yato y todos gritaron de igual manera.
Me reí ante la situación, sin duda ellos eran la razón de ser lo que era.

—Y tu solo eres un pobre con carácter —. Le dije a Yato.

—¿¡Que dices!? —. Se puso de pie y golpeó la mesa con sus palmas. Reí ante ello, si había funcionado.

—Estas viendo, debes cambiar eso. —Soltó un bufido y volvió a sentarse.
Continuamos contando historias y haciendonos reír mutuamente.

Fin del capítulo.
Díganme que les parecio. No olviden dejar su voto.
Se muy bien que esta historia no es nada popular, y son pocos los que le leen y dejan su maravilloso voto.

Pero no importa, por esos 15 0 10 lectores es que me motivo a seguir escribiendo, se les quiere mucho.
Nos vemos.