La propuesta: Verdad y Rechazó

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Kylo optó por desaparecer algunos días visitando tierras lejanas junto a sus caballeros, sus fieles compañeros de batalla. Debía hacer todo lo posible por alejarse de ella, para no cumplir lo que su padre le había pedido, pero en especial, para alejarse de esas ideas que rondaban su cabeza cada noche, cada vez que su cuerpo llamaba con deseo, y maldecía por dentro al pensar en ella.

Concluyó que ausentarse en aquel viaje sería perfecto para eliminar todo rastro de aquel beso de su cabeza, pero en realidad no fue así, la verdad es que pensó cada maldito segundo en Rey y en todo lo que lograba provocarle.

Pero aún cuando deseaba estar con ella debía irse, eso era lo que le decía su buen juicio.

Explorar lo más lejano de Alderaan lo mantendrían lo suficientemente ocupado como para no volver hasta que el eclipse hubiese pasado, de esa manera no le daría gusto a las brujas y su lengua venenosa.

Pasó días completos explorando en tierras sin reino, el cansancio no lo detuvo ni un solo instante, ese era el único consuelo que tenía y la única forma de quitar los deseos de correr hacia Rey y hacerla suya.

Las fronteras le habían mostrado la tranquilidad y la prosperidad de la que gozaba el reino de Alderaan, eso lo hizo sentirse tranquilo de que al menos sus padres gobernaban de la manera correcta y de que no tenían depredadores de otros reinos intentando adueñarse de lo que le pertenecía a su familia. Por ahora el único enemigo era la familia Armitage, quienes tenían un notorio interés en lo que jamás sería suyo, pero tampoco de ellos.

Pero Kylie Rey debía casarse con Hux.

— No, no lo permitiré — dijo una parte de sí, pero pronto su lado racional le dijo que lo mejor era dejar que eso sucediera y así todos sus problemas se terminarían.

Caminó durante la noche espesa  mientras sus caballeros dormían, exploró con la idea de quitarla de sus pensamientos y para su sorpresa, no había sido en vano.

A varios kilómetros de distancia de la guardia, encontró un campamento de hombres armados, listos para la batalla. Algunos dormían en sus carpas y otros vigilaban, sin embargo, ninguno de ellos notó la presencia del jóven príncipe, quien al vestir completamente de negro tenía un camuflaje perfecto. 

No llevaban bandera ni escudo que perteneciera a algún reino conocido, pero lo realmente preocupante era el hecho de que tenían suficiente armamento como para el triple de soldados, su sentido común le dijo que eso sólo significaba una cosa.

Estaban esperando a más soldados que de seguro ya venían en camino para atacar Alderaan.

Sin ser detectado corrió hasta la base con sus caballeros.

— ¡Despierten! — dijo tomando sus armas de batalla, su escudo con el símbolo de la familia Skywalker.

Los hombres abrieron los ojos sorprendidos, pero dispuestos para seguir las órdenes de su líder. Estaban entrenados para esto, lo seguirían hasta el mismo infierno si eso les demandaba su lealtad.

Kylo comenzó a caminar de un lado a otro mientras esperaba que todos estuvieran listos con sus armaduras y armas. La ira se había adueñado de él una vez más, como cada vez que tenía que transformarse en una bestia para luchar contra sus enemigos. Odiaba la guerra, pero odiaba más las vidas inocentes que tenían que caer por los que la iniciaban.

— ¡Las fronteras de este reino dependen de nosotros! — gritó mirando a cada uno de ellos — ¡Hay al menos cien hombres esperando atacarnos! Están hacía el Norte.

Los caballeros se habían contagiado con la fuerza de las palabras de Kylo Ren, miraban furiosos, deseosos de ver sangre correr una vez más. Ellos no eran como su lider. Para los fieles súbditos de Kylo, cada gota derramada era un elixir.

Lazos Prohibidos [ REYLO] - Star Wars AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora