Sanando un corazón - PAUSADA

Noche de tormento

Hermione estaba en la puerta de su casa, lentamente la abrió y entro sigilosamente. Su antiguo hogar era un completo desastre, todo estaba oscuro y maloliente, su hogar ya no se parecía en nada a la que alguna vez fue.

· Hermione corre, sal de aquí - se escuchaba el susurro de una mujer.
· Mamá... - la castaña trataba de enfocar la mirada y puedo ver un cuerpo tirado en el piso trato de avanzar hacía su madre, pero unas cuerdas la sujetaron fuertemente, fue despojada de su varita, trato de ubicar de dónde provenía el hechizo.
· Bienvenida, sangre sucia - la voz de un hombre sonó a sus espaldas mientras la puerta se cerraba de un golpe y la luz era encendida - espero que te guste nuestro regalo - termina de decir el señor Crabbe.

Su mirada recorrió el lugar rápidamente viendo que su varita era sujeta por un encapuchado, siguió mirando, deteniéndose en un punto fijo, su mirada cambio a una llena de terror pues su padre levitaba con cortes profundos por todo su cuerpo y un inmenso charco de sangre formado debajo de él.

· ¡Oh! perdónanos por no ser tan considerados, debimos haberte esperado más, pero esté sucio muggle imploraba que jugáramos con él en tu ausencia, pero no te preocupes te guardamos a uno - decía otro mago que no pudo reconocer.
· Dejen ir a mi hija, por favor, se los suplico - imploraba la señora Granger
· Cállate maldita zorra - dice el mismo mago
· Por favor, no lastimen a mi hija
· Veo que tienes tantas ganas de hablar, bien, te ayudaré - el mago empezó a arrancar las prendas de la mujer ferozmente.
· No, por favor, para, ya me tienen, no le hagan nada, déjenla ir - la castaña imploraba mientras lagrimas corrían por sus ojos.
· Owen detente - dice el encapuchado acercándose hacia la castaña mayor mientras se retiraba la capucha.
· Señora Granger, lamentamos involucrarla junto a su esposo por culpa de una hija tan desalmada, es tan lamentable que tengan que pagar por los pecados de una hija tan desleal, pero debe saber que ella se les unirá muy pronto - dice el señor Greengass - es toda tuya Owen - termina de decir con una mirada desquiciada.
· La sangre sucia es tuya Lucas - dice el señor Crabbe.

Los gritos desgarradores de ambas castañas retumbaban por toda la casa

· Nooo...- la castaña despertó de golpe, había tenido otra vez ese sueño, su cuerpo no dejaba de temblar y las lágrimas recorrían sus mejillas sin parar vio una sombra que la hizo saltar de la cama, se arrastró en el suelo a un costado de su cama mientras abrazaba sus piernas, estaba bañada en sudor, le faltaba el aire, pero se quedó un rato en la misma posición y en el mismo lugar de siempre.
· Sangre sucia ya es tu turno - se escuchó a lo lejos, soltando un grito que ahogó con sus manos, trataba de controlar su respiración, pero le era imposible, estaba aterrada.
· me has quitado lo que más amo - escucho que decían en su oído cuál susurro, volteando rápido la mirada - asesina - se escuchaba - lo has matado, eres una asesina - le gritaba la voz de una mujer - porque tuviste que matarlo, todo esto es culpa tuya, tú lo mataste - seguía diciendo esa voz