Possessive & Obsessed

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                         Capítulo 9
Han

Confundir. Esa siempre fue la estrategia que perpetúe. Precisa y efectiva. Se comportó tan altanera y egocéntrica que no miro más allá de sus narices. Fui el primero en pisar este infierno, quien ayudo y dio ideas para crearlo. Solo cambie mi imagen y ya estuvo. Así de fácil y estúpido.

Desde que me dijo que yo era suyo, supe por dónde venía. Yo soy el que primero la toco después de la muerte de Jason, y el que creo ese demonio que ella lleva adentro. Ella estreno esta cerda a la cual llamamos piso -1. Probó cada objeto y cada centímetro de esta habitación. Soy ese dominante que la hizo su sumisa y luego la corono como dominante. Y sé que si estuviera escribiendo mi historia en un libro, los lectores dirían; “Pero qué diablos”. Pues sí, siempre supe que cuando me reclamo no era por un sentimiento de amor. Sé que este momento llegaría y aquí estamos, Alumna y maestro a punto de demostrar quien supera a quien. Verdugo y verdugo compitiendo por un mismo látigo. Ese es el mejor motivo por el que la busque, es el momento de volver a estar juntos. Esta vez no como el ángel y el demonio, ahora seria de demonio a demonio. Como Electra y Han, como lo que una vez le dije que seriamos. Gire mis manos en el ángulo que yo mismo acorde y cree. Las cadenas cayeron al suelo. Su mirada se mantenía gélida y solemne. Me agache y desate mis pies sin dejar de mirar la tormenta que se formaba en sus ojos.

-Para este entonces pensé que ya me superarías, pero veo que no aprendiste bien, pequeña.- Su labio inferior tembló cuando escucho ese apodo con el que yo la había bautizado. Las espesas pestañas parecían petrificadas sin cometer movimiento. Solo tiene como meta observarme fijamente.

-Creí que nunca volverías.-Dijo conteniendo las lágrimas.

-Te jure que lo haría.

-¿Cómo diablos eres tú? ¿Cómo me engañaste de esa manera?-Aunque ella misma se prohibió llorar, delante de mí lo tenía permitido. Y lloro. Sin ahogarse y sin emitir sonido alguno. Lágrimas calladas que ofenden al silencio y envidian al sufrimiento.

-Hace cuatro años te traje a Las Vegas y te vendí este edificio con todo puesto en su lugar, te enseñe a ser quien eres y te deje curar tus heridas conmigo.

-Me engañaste.-Reclamo.

-No, te oculte cosas que no es ni de cerca lo mismo. Me gane tu confianza y tú te ganaste la mía. Te mostré una versión de mí que es mi verdad. Toda Electra, absolutamente toda fue y es verdad. Piénsalo bien. Junta los cabos y dime la conclusión.- No fue una propuesta ni una petición, fue una exigencia.

Me calle esperando su respuesta. Ella se quedó quieta mirando mi pecho mientras hacia lo que le exigí que hiciera. Luego de unos segundos unió su mirada a la mía y asintió derrotada.

-En el pasado me contaste que asesinaron a tu familia, que te marcharías para tomar fuerzas y volverías a mi lado con el objetivo de  retomar la venganza tuya y ayudarme con la mía.-Termino de explicar y bajo la mirada solo por un segundo.

-Exacto.

-No lo puedo creer.-Llevo ambas manos a su cabello y lo jalo con frustración.- El maldito rey del póker.

Sonreí con descaro y ella salto a mis brazos acorralándome en sus caderas. Ambos necesitábamos ese abrazo que nos prometimos cuando nos despedimos. Fuimos amigos íntimos que se juraron volver cuando el volcán entrara en erupción. Aunque seremos nosotros quien provocaremos esa explosión. La puse en el suelo y conecte con su mirada. Su boca se abrió junto a la mía y una promesa salió de nuestras gargantas.

-Si la vida me quita el ángel, me quedo con el demonio. Si la luz se apaga, iluminamos la oscuridad. Si nos deben vidas, con sus vidas nos pagaran. Si no hay cielo para uno, hay infierno para los dos.

Diamantes & Póker (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora