El Árbol de los Ojos Verdes

Selena y Fabián

La joven al leer aquél mensaje comenzó a voltear de un lado a otro. Nerviosa, veía a todas las personas sin embargo no observaba a nadie conocido. En ese instante, Esmeralda gritó de la emoción al ver que una de sus amigas se hallaba en el conocido lugar. Ambas, se abrazaron efusivamente y se saludaron con emoción. 

La hermana mayor se encargó de presentarla a Selena que con un gesto forzado, emitió una pequeña sonrisa a la joven. Esmeralda pudo percatarse de su conducta, preguntando que pasaba no obstante aquella negó que estuviera sucediendo algo.

Selena contemplaba su teléfono y no podía creer que Fabián estuviera allí. No lo había visto desde aquella vez en la noche, junto a las estrellas con esa hermosa sonrisa. Luego de aquél pensamiento sacudió su cabeza en forma de oposición, realmente no quería pasar por otro desencuentro amoroso así que, descartaba volverse a encontrar con él.

En ese instante el DJ tomó improvisadamente el micrófono y anunció un mensaje en en cuál felicitaba a una pareja por su aniversario colocando su canción preferida llamada La Playa-La Oreja de Van Gogh 

Esmeralda junto a su amiga gritaron al unisono dejando en claro su emoción por la melodía. Todos aplaudían emocionados mientras observaban a la pareja abrazándose cariñosamente entre todos los espectadores se hallaba un hombre de camisa azul, cabello negro y unos ojos tan grandes y verdes como dos luceros; Fabián. 

Fue cuando entonces sucedió, la mirada de ambos se encontraron de manera fugaz pero apasionada. Selena se giró hacia otro lado al hallarse con los ojos del chico. Rascaba su cuello y paseaba sus manos por su cabello. La canción seguía sonando y algunos la tarareaban sin saberla en realidad.

—Chicas, voy al baño no tardo.—señaló Selena.

—Te acompañamos, ¿cómo vas a ir sola?.—cuestionó su hermana preocupada.

—Está aquí enseguida, de verdad.

—Ay Sel, está bien. No tardes y lleva tú teléfono contigo.

La chica asintió y se dirigió hacia él sin embargo fallo cuando encontró una figura conocida frente a su paso. Aquél chico sonreía de forma irónica mientras mantenía sus manos en los bolsillos de su pantalón.

—Hola, que tal.—soltó Selena mientras lo observaba.

—No creas que me di cuenta que me ignorabas. ¿Cómo estas?—prosiguió—Es una canción linda, ¿no es así?.

—Si es cierto. No para nada, ¿por qué lo dices?.

—Te envié un mensaje. Te ves muy guapa, por cierto.

—No lo vi, gracias. Voy al baño, ahorita regreso.

La joven caminó hasta la puerta del sanitario y cerró de forma veloz. Las luces contrastaban con el otro lugar y fue así que se acercó al espejo, retocando su maquillaje mientras observaba su reloj. Mordía sus labios esperando que Fabián no estuviera afuera esperándola ya que no quería tener algún encuentro cercano con él. Exhaló lentamente y decidida salió de ahí. Sin embargo su deseo no fue concedido cuando observó que aquél seguía en el mismo lugar, mientras platicaba con algunos chicos. 

—No tardaste y que bueno porque quiero enseñarte un lugar.

—Lo siento pero no puedo vengo con mi hermana y una amiga suya.