8. Sangriento recuerdo

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Escuché varios pesados pasos masculinos. Esas botas resonaban contra el mármol. Mi cabeza se movía gracias al movimiento de cada pisada mientras mi mejilla reposaba en algo blando, carne, un pecho que emanaba una agradable y suave fragancia masculina, suspiré sintiéndome pesada invadida por la fatiga del sueño y la sensación punzante en el pecho.
- Está consiente, es un avance.

- Lo logró...

- Sí, no sé si sea bueno.

- Los está escuchando - esa voz me provocó un fuerte escalofrío antes de perder la razón completamente. Una fragancia me lanzó un flashazo de una vida que me conectaba a la de alguien más.

- ¿La conoces? - una voz femenina cuestionaba.

- No - voz masculina respondió.

- ¿Lo conoces? - inquiría otra vez la fémina.

- No - fui yo la que respondí.
Las voces se apagaron por completo dejándome en una tétrica y fría negrura como la especie de un sueño vacío.

***

La corriente eléctrica me estremecía todo el cuerpo, el temblor era tan constante y doloroso, me desmembraba mientras estaba consiente, un grito agudo, desgarrador me rasgó la garganta para abrirle paso al sabor metálico subiéndome, provocándome ahogo, estando acostada solo me quedó escupir hacia arriba, ahogándome con el líquido rojo que brotó en pequeñas gotas frente a mis ojos salpicándome partes de la cara, sollozaba, emitía extraños sonidos, intentado aferrarme a la vida. Demasiados gritos dentro de mi cabeza, voces, mucha información, sabía tanto, pero entendía poco en esa agonía.

- Aumenta la fuerza – sugirió una voz grave en la habitación.

- ¡No lo hagas! Se está muriendo – la otra voz era más juvenil. Las escuchaba a pesar de estar respirando entrecortadamente y batallar con todo el dolor. Las siluetas al mando estaban de pie mientras la que pedía pararan estaba recostado en una camilla al lado mío, de reojo apenas logré vislumbrar un cuerpo masculino con el torso descubierto.

- Se está haciendo fuerte – más sangre subió por mi garganta obligándome a toser, levantaba la cabeza para evitar ahogarme, pero esta vez el líquido espeso alcanzó a subir a mi nariz, tosí, carraspeé, y mis ojos se abrieron al límite. Escupí cuanto pude mientras otra convulsión me envolvía y una mano intentaba meterme algo de goma en la boca para que mis dientes no chocaran con las descargas eléctricas, cuando logró hacerlo mis muelas dejaron de castañear para apretarse con fuerza a ese objeto, de un momento a otro mi mandíbula crujió mandándome una punzada de dolor horrible. No podía más.

- ¡Hazlo conmigo! – pidió la otra voz con desesperación. Mi cara estaba mojada por la sangre que había escupido empeorando la sensación mortificante. Pero escuchaba su voz, la voz de ese joven que intentaba ayudar.

- Ya te tocará tu turno – vi cosas horribles en cuanto la corriente fue disminuyendo y el retumbar de cables se fue haciendo débil, sabía que vendría después. Quise prepararme para el daño.

Otra corriente me traspasó el cuerpo mientras los cinturones que me ataban crujieron para liberar mi cuerpo, era yo la que los reventaba e intentaba huir, mi fuerza gracias al dolor me liberó, pero era tarde, la corriente ya me había desvanecido sumiéndome en un estado agónico. Hubo silencio, todo se borró y yo perdí el control absoluto de mi cuerpo para sumirme en nada.

¿Un sueño? ¿Una alucinación? ¿Un recuerdo? Probablemente era lo último.

Me pesaban los párpados y una luz me los presionaba impidiéndome abrir los ojos, mi espalda dolía, no podía mover mis brazos y piernas. Algo me sostenía con fuerza las muñecas y tobillos. Sentí en el paladar el agrio sabor de un medicamento y la nariz me picaba por el cargado aire de drogas que flotaba en el lugar.

CHERRIES ©️ (COMPLETA PARTE 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora