44. Quien venga un viejo amor es porque aún lo ama

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Asentí aun conmocionada por todo. Mientras Chris permaneció aportando unas cuantas cosas diciendo que ahora si le tenía miedo a Pía, siendo cuidadoso en su trabajo de coser la herida y vendarla.

Yo opté por ir al cuarto de Zach y cambiarme con algo de lo que me trajo Pía, vaqueros ajustados, una blusa azul de mangas largas algo holgada y un par de botas Martens.

Cuando salgo de ese cuarto con tantos recuerdos arraigados en las paredes y palabras enredadas en las sábanas, una punzada de dolor me embargó el pecho, quizá esta era la última vez que veía este lugar. Cerré la puerta con fuerza y me encaminé a la cocina donde esperaban Chris y Pía que estaba con la muñeca vendada, un esfuerzo doloroso por nada me hizo sentirme culpable.

- Pero no somos inmortales.

- No, pero si un poco más resistentes por así decirse - Pía y Chris parecían tener una conversación entretenida así que me limité a escuchar desde la puerta, parecía que Chris no se había percatado de mi presencia -. ¿Crees que Dian se enamoró de Zach? No entiendo porque siempre les gustan el tipo misterioso que nunca sonríe...

- Chris... – empezó Pía, pero él la ignoró y siguió hablando tonterías.

- Pero sabes lo que realmente creo, ella es más de lo que demuestra, es que sigo sin entender porque ella...

- Ya no hay nada que entender Chris, las cosas pasaron como pasaron, son como son - pronuncié lo suficiente alto para que del susto se tropezara con su propio pie de manera cómica y ni siquiera le pude seguir reclamando nada de lo que dijo porque su cara causaba mucha risa.

- No te enojes - parecía buscar refugio en Pía mientras levantaba las manos algo desesperado -. Te lo iba a decir a ti también.

- ¿Odias a tus hermanos Chris? - me crucé de brazos en medio de la cocina, recorrí su rostro en busca de algo que lo delatara. Su cara era muy expresiva y me miró con sigilo ya calmándose del susto.

- Nunca dije que los odiara, me han enseñado cosas increíbles, pero también los he visto hacer cosas nada agradables - se acercó a mí y posó sus manos en mis hombros demostrando preocupación -. Solo estoy siendo sincero con ustedes, ya se los dije, no quiero formar parte de la lista de personas que las hirieron.

Tenía que creerle, mi corazón se ensañaba en hacerlo, siempre podía recurrir a mi furia si me estaba mintiendo. Podía usar las pocas fuerzas que me quedaban para destruir a todos aquellos que me habían herido, pero con Chris y ese brillo en sus ojos, no podía equivocarme, además él nos advirtió que todo esto que suponemos puede tener un poco probabilidad de no ser posible y si se ha equivocado no podemos culparlo, aunque queramos. Sería culpa de los tres o de nadie dado que estábamos viviendo muchos sucesos que no éramos capaces de controlar.

- Deberíamos irnos - le respondí evitando cualquier tensión o respuesta incomoda -. Podemos hablar mientras escapamos.

- Lo mejor será que salten de una de las ventanas, ya sé que son buenas saltando acantilados así que esto será más fácil - Chris caminó deprisa con dirección a la puerta principal y nosotras lo seguimos a mitad del camino -. Yo voy a distraer a unos de los agentes.

- Ten cuidado - susurré y me di la vuelta con Honey pisándome los talones mientras nos dirigíamos a la habitación de Merisse.

- Esperen cinco minutos para salir y después nos encontraremos en el parque más cercano - miré sobre mi hombro para dedicarle un asentimiento, pero él ya había desaparecido cerrando tras de sí la puerta.

Cuando llegamos a la habitación de Merisse encontramos un completo orden y una amplia ventana extraña y perfectamente sellada que claramente no podíamos romper por el ruido que ocasionaría. Me concentré con todas mis fuerzas en retener lo suficiente la fuerza de mi pecho, aún había dolor en todo mi cuerpo, pero ante todo furia que me permitía establecer un equilibrio de fuerzas.

CHERRIES ©️ (COMPLETA PARTE 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora