32. Las pruebas

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Parpadeé sin terminar de asimilar el momento en el cual todo se volcó y yo terminé siendo golpeada con la peor de las fuerzas en la cara, mi nariz parecía estar rota y no paraba de sangrar, algo reverberó en mi pecho, fácilmente lo pude comparar con furia o dolor. Una fusión quizás.

Los cuentos a voz ronca y dulce de Ζach se propagaron como un eco lejano, el día transcurrió de cuento en cuento, historia dolorosa y revelaciones fascinantes, la noche nos agitó. Nos separamos, afuera en el pasillo un caos se manifestó, había personas heridas, hombres de fuerzas especiales golpeando a los guardianes del encierro, algunas de nosotras ocultas en un rincón, otras en medio del camino buscando el valor para luchar.

¿Era esto real? Por supuesto que no, bueno, solo una parte. Los hombres de parte de Miller no estaban aquí, pero si tenía la nariz sangrante, una mejilla rasgada y estaba tirada en una colchoneta mientras hombres y demás Cherries observaban como me pateaban el trasero.

Nos estaba probando, Ulric quería saber de qué éramos capaces, se vino la parte dura donde nos golpeaban y decidíamos si llorar o defendernos, quería lucha, preparación para un futuro violento contra otras creaturas de habilidades desconocidas.

Vamos levántate Black, solo hazlo y quítale esa sonrisa victoriosa del rostro a Cat.

Hazle pagar los aruñones y el puñetazo.

Me repetí cuanto era posible.

Suspiré, me presioné duro una costilla donde me dio puntapié, estaba descalza, pero tenía pies de acero, ambas estábamos descalzas en medio de la habitación. Ella me miró con esos ojos irregulares desquiciados, su cabellera demasiado corta estaba alborotada y respiraba extasiada disfrutando de mi discapacidad. Seguí presionando mi costado hasta que el dolor alcanzó un punto máximo que me hizo gemir, me deleité con esa repudiable sensación. Todo para avivar los aruñones y el hervor de sangre que la furia me provocaba.

Me paré tan repentinamente, rugí y lo liberé todo hasta que de un segundo a otro de estar tirada pasé a estar encima de Cat atestándole; uno, dos y tres puñetazos en su cara, era ágil y de pasar a estar yo encima de ella, la tenía ya en sentada en mi espalda baja con mis brazos retorcidos en su límite en una especie de llave. Chillé, pero en cuanto se inclinó un poco cerca de mi cabeza, aproveché mi elasticidad de bailarina para retorcerme según yo como una barra de plastilina, la parte posterior de mi cráneo impactó con su rostro y ese sonido me habría horrorizado si yo no estuviera tan enojada, y sedienta de llenar ese sentimiento sobrenatural que me gobernaba en este caso.

Las personas a mi alrededor hablaban, eran sinfonías que se perdían y no podía distinguir porque me estaba arrastrando del cuerpo de Cat que gemía retorciéndose con sangre en su mano tocándose la cara, en su ropa había sangre también lo que provocó que yo dirigiera con ojos atravesados mi vista a mi ropa, el blanco estaba sucio de rojo. Hay pringas y manchas más grandes.

- Tienes que pelear Dian.

¿Dian? ¿Quién es Dian, por el amor de Dios?

La respuesta de esa voz en mis oídos no llegó porque un golpe fuerte me transportó a otra dimensión. Perdí el aire y unas luces estallaron en mis ojos, boqueé durante el viaje, vi cosas raras, maravillosas que no parecían ser de este planeta.

¿Estaba drogada?

Siempre lo has estado, desde que eras un feto.

No, esto es irreal.

Exacto, regresa a la realidad y defiéndete.

Lo hice, luego de debatir con mi cabeza o quien fuera él o la que me decía esas cosas.

CHERRIES ©️ (COMPLETA PARTE 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora