20. ¿Escape o dulce agonía?

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Cálido, dulce, suave y ante todo agradable. La que era un desastre era yo, no sabía cómo corresponder ante esa acción así que hice lo que pude en la fricción de sus labios mullidos mientras cientos de corrientes histéricas me rodearon el corazón, todo se extendió desde mi pecho hasta mis extremidades, adormilándolas, era demasiado y eso que solo era un roce, sus labios intentaban atreverse a más, pero tanto su inseguridad como la mía se lo negaron. Solo fue una breve fricción.

Suspiré en cuanto se alejó más, sin apartar el gris de sus ojos, son como un frío vacío que al más mínimo pasó terminaría congelándome, me asusté, él sabía besar, aunque posiblemente se arrepintió y por ello no lo llevó a más, a profundizarlo, mientras yo... pues este era mi primer beso luego de no besar a Martin, mi dinosaurio de peluche, durante todo este tiempo, bueno solo lo hice una vez, para practicar y eso.

Sin duda Zach era mejor, me observó de demasiado cerca con los labios aun entreabiertos separándose mientras liberó aire sobre mis labios, algo de brillo labial le había quedado en su comisura.

Sentí algo diferente extendiéndose dentro de mí, comprobé que quería besarlo, percibir esos labios, sentir algo nuevo, real, pero esto ya había pasado, algo similar a esto ya había pasado. El punto era que yo me estaba muriendo de miedo, descifré en sus ojos un brillo de inseguridad y en la forma en la que su nuez se movió al tragar saliva que estaba algo nervioso o expectante. Con tanta cercanía visualicé las motas blanquecinas que le adornaron los irises, sentí perderme en ellas por un momento.

Ese algo desesperante se instaló en mi cerebro.

Quizá él se había arrepentido de besarme.

Descarté ese pensamiento, no porque no quería decepcionarme, sino más bien porque él se veía demasiado seguro de lo que hacía, la determinación que había tomado para atacar mis labios, pero que al instante de ver el pasmo en mis ojos detuvo.

Tenía que hacerlo, tenía que seguir algún plan elaborado en la habitación tiempo atrás, el cordón invisible que me unía a las demás, como una telepatía me susurró que era hora, a pesar de que el ser que tenía en mis narices era como un monumento tétrico y atractivo, debía dejarlo o al menos intentar salir de este encierro pues no había duda de que era el joven de mis vagos recuerdos.

Ya lo había besado antes pero no recordaba con seguridad mi primer beso, fue con un desconocido, un desconocido ahora pero no en su momento. Según mi memoria.

Parpadee y aun sosteniéndome de su cuello, aflojé el agarre de mis piernas en sus caderas, mis piernas desnudas rozaron con lentitud la lona de sus jeans y mis pechos llegaron a apretarse con algo de presión en su pecho duro revelando la palidez cremosa de su piel en la camisa entreabierta. Sus grandes manos resignadas se deslizaron dudosas en mi cintura antes de que se volviera en un tacto superficial rozando la seda de mi traje.

Frunció el ceño en cuanto mi mirada dudó de la avalancha de pensamientos que me acometió con fuertes martillazos, sentí que adivinó lo que planeaba sino más bien ya lo sabía, sin embargo sus labios permanecieron entreabiertos sin emitir ni una sílaba en cuanto me separé por completo de él y mis brazos se desenlazaron de su cuello y sus manos dejaron un bien marcado tacto en mi cintura, sus ojos como dos vacilantes lunas llenas me dijeron un ¿Adiós? O quizá más bien un Hasta luego ilusa.

Caminé con determinación sintiendo aun una lacerante mirada apuñalándome la nuca, una cortina se me enrolló en el cuello (estoy segura que trataba de asfixiarme por dejarlo plantado) antes de alejarme más y llegar al centro de la habitación, me frené con el corazón desbocado, parpadeando varias veces hasta que mis ojos se toparon con los de una Honey asustada y desesperada, en cuanto me miró una especie de alivio la inundó y se regó por todo el lugar en busca de señales. Solo seis de nosotras eran visibles en el lugar; Bubbles, Yellow, Pearl, Red, Honey y yo, por un momento me sentí inexistente, fuera de lugar, solo fue hasta que la mano fría de Honey me rodeó el antebrazo cuando espabilé.

CHERRIES ©️ (COMPLETA PARTE 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora