Capitulo 11:¿La suerte del principiante?

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Las chicas estaban entrenando en la arena apartadas de la clase de Percy, por el simple hecho es que ya sabían varios de esos trucos y estar ahí sería solo reforzar o tener una paliza de Percy, y antes que nada prefieren no ser humilladas por el, ni siquiera Nerea había podido superarle a él y eso a veces la frustaba bastante.

-¡¡Hey chicas!! -grito Percy llamandolas a lo que ellas suponieron que harían una demostración-. Que les parece si me ayudan a hacer una demostración -sip, ellas suponieron bien.

-Pero papá estamos en medio de un entrenamiento -dijo Nerea tratando de hacerlo entrar en razón (aunque en el fondo sabía que eso era imposible).

-Oh vamos Nery, no lo harás por tu padre -dijo poniendo una cara de bebé foca cosa que sabía que nadie se resistía, aunque sabía que no era tan fácil de convencer su hija-. Una demostración y ya no las molestó.

-¿¿Solo una demostración rápida??-pregunto su hija sabiendo lo que vendría.

-Una demostración rápida -le aseguro él.

-Esta bien, ok ganas -dicho esto los dos se fueron a hacer la dichosa demostración hacia los nuevos chicos.

Mientras iban avanzando noto que varios la miraron con curiosidad como si ella tuviera monos en la cara, aunque otros la miraban más como si ella fuera su futura conquista, pero ninguno lograría nada con ella.

-¡Vale, todo el mundo en círculo, arriba! -ordenó Percy-. Hoy tendremos una pequeña demostración, con mi hija Nerea o como todos sus enemigos, también los dioses y algunos semidioses con más tiempo en el campamento, la conocen la Marea Incontrolable.

Todos estaban atónitos, ella la hija de él gran héroe del olimpo, no parecía tan peligrosa como decían todos, pero para ellos no parecía nada peligrosa, realmente parecería tierna, una chica que realmente no podría lastimar a nadie o eso creían ellos que no la conocían, pero en cambio Susan y Jade ya estaban apostando si ganaba Nerea o su padre, aunque ellas sabían que ella no se iba a esforzar tanto, ya que para Nerea esa demostración era demasiado fácil para ella.

Aunque les pareció interesante cuando Nerea movió su muñeca hacia la derecha y apareció una espada de doble filo de bronce celestial, para la demostración su padre, Percy, enseñó los ataques, las paradas y los bloqueos de escudo a la manera dura, que para los nuevos eran impresionante ver como ellos dos peleaban, parecía una pelea épica y interminable. Nerea con cada golpe, acababa un poco más machacada y magullada.

-Mantén la guardia alta, Nery -decía, y me asestaba un cintarazo en las costillas-. ¡No, no tan alta! ¡Zaca!. ¡Ataca! ¡Zaca!. ¡Ahora retrocede! ¡Zaca!

Cuando pararon de dar la pequeña  demostración, ambos chorreaban sudor. Todo el mundo quedó impresionado, nunca imaginaron que verían ese tipo de enfrentamiento, al parecer se equivocaron con respecto de Nerea, ahora saben algo, nunca debían de subestimar su potencial a pesar de que pareciera que nunca ha levantado una espada. Percy se echó agua helada sobre la cabeza, y le pareció tan buena idea a Nerea que lo imito. Al instante se sintieron mejor. Sus brazos recuperaron fuerzas. La espada ya no le parecía tan pesada.

-¡Vale, la demostración terminó! -ordenó Percy, pero a consecuencia se oyó un abucheo, ellos querían otra demostración (o más bien no querían que se quedara Nerea)-. Bueno, al parecer quieren otra demostración, si a Nery no le importa, quiero hacer una pequeña demostración con ayuda de alguno de ustedes.

« Vale -pensó Nerea-, vamos a ver cómo le zurran la badana a algunos de ellos» .

-¿Alguien que quiera participar en esta demostración? -pregunto Percy hacia los chicos esperando un valiente que se atreviera-, bueno por lo visto tendré que escoger -dijo para analizar a los chicos, hasta que vio a un punto-bien creó que ya tenemos al que participará en esta demostración -dijo para luego ir a ese punto y agarrar a un chico al que podía asegurar Nerea que podría ser un buen hijo de Ares.

Los chicos recién nuevos se reunieron alrededor de Nerea y el chico raro. Mientras que sus amigas se aguantaban las risitas.
Supuso el chico que antes habían estado en su lugar y se morían de impaciencia por ver cómo Nerea lo usaba como saco de boxeo. Percy dijo a todo el mundo que iban a hacer una demostración de una técnica de desarme: cómo girar el arma enemiga asestándole un golpe con la espada de plano para que no tuviera más opción que soltarla.

-Esto es difícil -remarcó Percy-. A mí me lo han hecho. No se rián de Cameron si no puede con Nerea. -dijo viendo a las amigas de su hija- La mayoría de los guerreros trabajan años antes de dominar esta técnica.

Hicieron una demostración del movimiento a cámara lenta. Desde luego, la espada cayó de la mano de Cameron con bastante estrépito, despu.

-Ahora en tiempo real -dijo en cuanto recupero el arma Cameron-.
Atacan y paran hasta que uno le quite el arma al otro. ¿Listos chicos?

Asentieron, y Nerea fue por Cameron. De algún modo conseguio evitar que le diera a la empuñadura de la espada. Los sentidos de ambos estaban alerta. Veían venir sus ataques.
Contó Cameron. Y dio un paso adelante e intentó imitar la técnica. Nerea lo desvió con facilidad, pero detectó el cambio en su cara. Aguzó la mirada y empezó a presionar con más fuerza.
Le pesaba la espada. No estaba bien equilibrada la espada de Cameron. Sólo era cuestión de segundos que Nerea lo derrotara, así que se dijo: « ¡Qué demonios, al menos inténtalo!» .

Intento la maniobra de desarme. Su hoja dio en la base de la de Nerea y la giré, lanzando todo su peso en una estocada hacia delante. La espada de Nerea repiqueteó en las piedras. La punta de mi espada estaba a tres dedos de su pecho indefenso.
Los demás campistas quedaron en silencio.
Bajé la espada.

-Lo siento… Perdona. -dijo el chico arrenpetido

Por un momento Nerea y su padre se quedaron demasiados aturdidos para hablar.

-¿Perdona? -el rostro de la chica se le ensanchó en una sonrisa-. Por los dioses, Cameron, ¿por qué lo sientes? ¡Vuelve a hacer eso!

No quería hacerlo el chico. El breve ataque de energía frenética le había abandonado por completo. Pero Nerea y su padre insistieron en que lo intentaran de nuevo.
Esta vez no hubo competición. En cuanto las espadas entraron en contacto, Nerea golpeó su empuñadura y su arma acabó en el suelo.

Tras una larga pausa, alguien del público preguntó:

-¿La suerte del principiante?

Nerea se secó el sudor de la frente. Le observó con un interés absolutamente renovado.

-Puede -dijo Percy-. Pero me gustaría saber qué es capaz de hacer Cameron con una espada bien equilibrada.

-y debo de admitir yo...-intento decir Nerea-que serías un gran contrincante, y eso es mucho decir.....

𝕃𝕒 𝕄𝕒𝕣𝕖𝕒 𝕀𝕟𝕔𝕠𝕟𝕥𝕣𝕠𝕝𝕒𝕓𝕝𝕖 𝕐 𝕃𝕠𝕤 ℂ𝕚𝕟𝕔𝕠 𝕄𝕦𝕟𝕕𝕠𝕤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora