➳ El Arquero y El Ángel ♪ -Beth y Daryl [Terminada]

Capítulo 3- «Morgan»

Punto de vista **Beth**:

Abrí mis ojos sentía una pesadez extendiéndose sobre todo mi cuerpo, aún me dolía mucho la cabeza; trate de pararme pero me flaqueaban las piernas y me tambaleaba de un lugar a otro. ¿Donde estoy? ¿Qué me pasó? ¿Qué hago aquí? fueron algunas preguntas que me hice para mi misma, escucho pasos atrás de la puerta, parece que no estoy sola, ¡Ayuda! ¡Abran! ¡Por favor ayuda!. Nadie respondía estoy desorientada, tengo ganas de vomitar, me siento a morir; en mi último intento grite nuevamente ¡Ayúdenme! y nuevamente me desmaye en el frío piso.

Alguien me acaricia mi mejilla suavemente, era un hombre de tez moreno de ojos cafés, me dijo que se llamaba Morgan de pronto entro otro hombre al cuarto con ropa militar en ese momento sentía mucho miedo, por inercia me comienzo a tocar el rostro y veo que tengo varias cicatrices, la más grande esta en mi cabeza parece reciente.

-¿Cómo te llamas?- me dice el hombre vestido con ropa militar.

-Mmm... no me acuerdo.- dije un poco temerosa.

-Bueno, yo me llamo Williams soy lo más parecido a un doctor en estos momentos.- continuó -Morgan te encontró cuando intentabas salir del hoyo donde te metieron-. Me sorprendí mucho que dijera "cuando intentabas salir del hoyo donde te metieron" .

-Bueno niña- siguió hablando -Dado al disparo que recibiste en la cabeza podrías presentar amnesia post-traumática y es normal que no puedas recordar algunas cosas como tu nombre.- dijo.

-¿Qué fue lo que me pasó?- pregunté inmediatamente.

-Cuando Morgan te trajo aquí tenias un orificio de 5 cm de profundidad en el parietal cerca de la escama frontal, la bala te rozó la circunvolución frontal inferior; es un milagro que no haya tenido consecuencias graves como un derrame cerebral o lo más posible, la muerte.- dijo con una gran sonrisa.

-Los milagros no existen, señor.- dije, sin más se retiro dejándome sola.

Pasé varios días en somnolencia, un "dulce sueño" cargado de pesadillas constantes, de pensamientos incoherentes, distinguir la realidad de la fantasía se me hacia casi imposible por lo abrumador que era. Flashes como aguja perforaban el hueco vació de mi memoria, imágenes incoherentes como personas devorándose a otras.

-Corre huye- dijo

-No pienso dejarte aquí- grite para que me escuchara.

-Vete sal de aquí, en el camino te veré- grito. No me movía y el me volvió a gritar -Corre, Beth- volvió a decir el hombre de la ballesta.

Fue otra estúpida pesadilla con el mismo hombre de siempre, pienso que él es una parte importante en mi vida por eso mis reiteradas pesadillas son con él y con una mujer, pero no sé quien rayos es y eso me frustra.

-Hola niña.- dijo Morgan entrando al cuarto donde estaba "prisionera" trayéndome agua y fruta.

-Soy Beth, me llamo Beth.- dije.

-¿Beth? que bonito nombre.- continuó - Bueno Beth creo que esto te pertenece, esto lo hicieron para ti.- dijo entregándome una pedazo de papel arrugado y un poco sucio por la tierra, a simple vista me parecía algo tonto pero igual lo recibí de mala gana, no lo quería leer, tenia un poco de miedo cuando lo tome así que lo guarde debajo de mi almohada.

-¿No lo vas a leer?- preguntó.

-No.- dije fríamente -¿Como sabes que puede ser mio?- dije.

-Porque estaba atado a una cruz en tu tumba.- dijo tristemente.

-¿Por qué estaba en una tumba?- pregunté atónita.