—Wanda.—Steve miró a la chica, otra vez estaba en sus brazos, sentía el aroma a vainilla que siempre llevaba ella.
—Ste... Capitán.— Ella quería dejar de verlo, no quería volver a sufrir por él, quería seguir con su vida. Pero ahí estaba, otra vez justo en los brazos de él.— Podrías soltarme.— Con voz baja pudo hablar, no podría hablar mucho más o su enojo y tristeza se apoderarían de ella.
—Claro.— Con sumo cuidado la ayudo a levantarse y de a poco fue soltándola, quería seguir más con ella, mirarla y hablar. Pero ella no pensaba lo mismo.
Tan pronto como la soltó, camino a paso rápido a la sala de juntas, ella entro como si nada, solo se notaba un poco más seria.
Steve solo se quedó de pie viendo la puerta, con el corazón en la mano, quería llorar, sabía que había perdido mucho dejando a Wanda, pero no había nada que hacer, no podía ir el tiempo atrás y solucionar todo. No, no podría pero entendía bien que dejó escapar un bello futuro a lado de la chica.
—Capitán.—Riley se quedo detrás de él, había visto toda la escena y no entendía muy bien el porqué.
—Podrías darle esto a Bucky, está en sala de juntas, tengo que irme.— Le extendió el papel aún sin darse la vuelta, espero a que el chico lo tomara.
—Si, claro.-—Tan pronto como el chico tomo el papel Steve se fue, dejado consternado a Riley.
Tomo su comunicador y le notifico a María que estaba buscando a Bucky, ella le dijo que ya salía y que no entrará a la sala.
El se quedó de pie ahí afuera viendo en la dirección que se fue Steve.
—¿Pasa algo hijo?— Pregunto Bucky cuando estuvo completamente fuera de la sala.
—Si, el Capitán me pidió que le entregará esto.—Le dio la carta.
—Bien, puedes irte.— Dicho esto, Riley se fue de ahí necesitaba pensar un poco todo lo que estaba sucediendo.
Camino un poco más y dio con una puerta para salir al campo y vio a una chica que se estaba yendo.
—¿Ya te vas, acaso dejarás otras vez a tu madre preocupada toda la noche?—La chica detuvo su paso y volteo a verlo.
—Y a ti que con mi vida.— La chica se cruzó de brazos, viendo cómo el chico se acercaba a ella.
—Estás malgastado tu vida Morgan.
—No, la disfruto, hago lo que quiero, solo vivo mi vida.— Y se dio la vuelta, solo quería ir a una fiesta, tomar hasta que perdiera la memoria o llorara hasta quedar dormida en algún club de la ciudad. Que fuera menor de edad no era el problema, su apellido siempre le abría las puertas a todo.
—Corres de algo que no quieres aceptar, como que no pasas el suficiente tiempo con tus padres.— Aunque nadie lo notará el chico realmente se preocupa por ella.
—Tú, cállate, no sabes de lo que estás hablando.— Con furia le escupía las palabras y se acercó a él peligrosamente.
—¿Sabes que lo puedes solucionar, no?— Para este punto Morgan estaba ya enojada.
—Cállate tu que sabes de problemas familiares, tus padres te dejaron solo.— Habló sin pensar, el coraje la cegó y lo supo cuando vio que el chico quedó rígido y con una mirada molesta.
—Por eso mismo te lo digo, no pierdas la oportunidad, no sabes que te prepara la vida, habemos muchos que queremos tu lugar, ojalá llegue alguien y te haga ver lo que estás perdiendo.— Sin más regreso a la base, molesto, mientras que la chica quiso seguirlo, se sintió mal, pero tampoco quería verlo, sabía que tenia razón. Si era justo lo que tenía que decir, pero su orgullo se lo impedía, así que solo siguió su camino a la salida del lugar, mientras que sus amigos los miraban desde adentro.

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In My Veins.
أدب الهواةLas cosas nunca vuelven a ser igual después de una relación fallida o una pérdida. A veces nuestro cerebro para tratar de protegernos de esos sentimientos, "bloquea" esos recuerdos haciendo como si nunca hubieran pasado. Pero, ¿y si nuestro cerebro...