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Los Lancaster, una de las familias más poderosas en el mundo mágico, una familia temida y amada, una familia de linaje Hufflepuff por excelencia. Conformada por Aarón Lancaster un mago temido e idolatrado por su puesto como jefe del departamento de autores en ministro de magia, el cual se casó con su novia de la adolescencia, Enola Perseverans, una bruja amada por cual quería que la conociera, muy inteligente y hermosa que unos años atrás se encargaba de el departamento de justicia mágica. Y de esa hermosa unión nacieron tres retoños, Ares y Aries son los primogénitos de la pareja, una par de gemelos y algunos años después nació Artemis la última hija de los Lancaster.
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𝑁𝑎𝑟𝑟𝑎 𝐴𝑟𝑡𝑒𝑚𝑖𝑠 Hoy 1 de septiembre el día que mi vida cambiaria, hoy iría a Hogwarts como toda mi familia para escoger mi propio camino.
Mis hermanos me llevaban de la mano, uno a cada lado mientras me contaban maravillas sobre el que seria mi nuevo hogar, papá y mamá nos miraban mientras sonreían, mis hermanos me soltaron dejándome con mamá y papá mientras que ellos se dirigían con una familia de pelirrojos. -Estamos tan orgullosos de ti princesa, es tiempo que escribas tu propio destino- dijo papá agachándose para quedar a mi altura -siempre no importa que estaremos orgullosos de tus grandes y pequeños logros querida- dijo mamá imitando la acción de papá -y-y-yo los voy a extrañar mucho- dije mientras una lágrima salía de mi ojo, mis padres solo me abrazaron y depositaron un beso en mi mejilla para dejarme subir al tren con mis hermanos. Entramos y ellos ya estaban en un compartimiento el cual compartían con los pelirrojos con los que antes se encontraron -Hey Art ven aquí tenemos que presentarte algunas personas- dijo Ares jalándome a su lado haciéndome entrar al compartimiento -Art ellos son los Weasleys, el es el Bill, el Charlie y ellos son de primer año al igual que tú son Fred y George- dijo Aries preséntame a los pelirrojos -y ella es nuestra princesa, ella es Artemis- dijeron mis hermanos al mismo tiempo ganándose una risa de los más grandes para después saludarme cordialmente y con una sonrisa. El viaje fue tranquilo, yo leía mientras los demás alguna que otra vez me incluían en la charla hasta que llego el momento de bajar del tren para irnos a el castillo. La ceremonia pasó rápido, quede en Hufflepuff al igual que toda mi familia y empecé a hacer algunos amigos en la mesa de mi casa, estos van a ser unos muy buenos años.
