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Sangre de diosa, sangre de los primeros magos y sangre de bestia del Olimpo, eran lo que viajaba por las venas de Artemis y así creando el arma perfecta. Artemis sabía que ahora que sabía esa información tenía que ser cuidadosa de en quien confiaba y con quien compartía su tiempo. La noticia no tardó en esparcirse en Hogwarts y todos estaban seguros de que los hermanos de Artemis también tenían dones, muchos se alejaron de ella por miedo a que les ocurriera algo y muchos más se acercaron a ella solo por su "nuevos" poderes. Cedric y Apolo se encargaban de alejar a los estudiantes que se acercaban a molestarla con preguntas y Nova y Fred a consolarla y hacerla sentir mejor. Las cartas de los Lancaster no tardaron en aparecer en las manos de la Joven diciendo que ellos sabían de la situación desde hace años y que resolverían sus dudas en las vacaciones y por su parte sus hermanos le afirmaban que ellos también tenían dones pero diferentes.
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Iba camino a mi clase de Adivinación junto a Nova y Apolo los cuales alejaban a cualquiera que se me quisiera acercar, cosa que por todos los dioses agradecía con toda mi alma. Al llegar nos sentamos los tres juntos y empezamos la clase. Adivinación no es de mis clases preferidas pero era interesante, siempre podía aprender algo nuevo qué tal vez y solo tal vez se cumpla. Al salir sintió que unas manos de posaban en su cintura y ese magnífico aroma inundó sus fosas nasales, era Fred. -Hola pequeña Luciérnaga- dijo dejando un beso en la punta de la nariz de Artemis haciéndola sonrojar -Hola comadreja, tan pronto me extrañas?- -Nunca es demasiado pronto para eso- dijo Fred para dejar un beso en los labios de la joven, no importaba estar en medio de un pasillo en esos momentos solo eran ellos dos claramente. -Oye Weasley controla tu boca y tus manos- dijo Apolo para jalar y llevarse a Artemis a su siguiente clase mientras ella le tiraba besos a Fred riendo.
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El tiempo pasó tan rápido que ni siquiera me di cuenta que era hora de la cena, en verdad no tenía ánimos de ser la comidilla de todo el comedor como lo había hecho hace unas noches atrás, así que me quedé en mi recámara a dormir.
-Sabes quisiera matarte pero no puedo, Cadie te protege muy bien, sería una pena que a alguien cercano a ti le pasara algo. Solo dame una gota de tu preciada sangre y te dejare libre-
Al escuchar eso lo único que puede hacer es despertar, no sabía si era un sueño o una visión o si en verdad alguien me dijo eso. Esto cada vez es más extraño. Cuando todo en mi vida parece ir tan bien enserio pasa esto?, que quieren de mi, yo no pedí esto, esta condena.
