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-¿Qué sabes cuidarte sola? ¿Es broma no?
-No.
-¿Crees qué cuando tengas a siete hombres apuntándote vas a arreglartelas tú sola?
-Sí.
-No te permito pensar eso.
-Y yo no te permito opinar sobre mi vida, adiós.
-Espera.
-¿Qué?
-Necesitamos hablar.
-Joder, pero qué pesadito estás con ese temita.
-Avery -dice y me mira desafiante por lo que le mantengo la mirada haciéndole saber que no me intimida.
-¿Quieres hablar? Bien, hablemos.
-No sé qué nos pasó, estábamos bien antes de que te secuestraran y cuando te rescatamos, tú solo me ignoraste.
-Sencillo, no tengo motivos para hablar contigo -miento.
-Pero si nos amamos.
-¿Amor? Por favor, Alex, yo no creo en el amor ¿qué te hizo pensar eso? -digo con burla aunque en el fondo esto me está doliendo tanto o más que a él.
-Mi amor, eso que estás diciendo no es cierto.
-¿Qué no es cierto? ¿qué no te amo o qué tú solito te idealisaste esta historia?
-Sabes que no soy un chico que se enamore, ni de rogar ni nada, no creo que sea algo que yo me haya imaginado.
-Alex ¿te explico lo que sucedió?
-Adelante -dice cruzándose de brazos como si esperara la más grande respuesta.
-Nos conocimos, te llamé la atención tanto como tú a mí, te asombró el hecho de que fui la primera chica en no caer en tus encantos de mujeriego y hacerte batalla, poco a poco con cada gesto que hacía logré tenerte a mis pies, te enamoraste de mí y ya está.
-Es cierto todo eso pero también es cierto que tú con cada acción que yo te hacía poco a poco terminaste buscándome, aunque lo negarás te encantaba pasar tiempo a mi lado y con el tiempo tú también te enamoraste.
-¿Sabes qué es lo mejor de la palabra amor?
-¿Qué?
-Que es una palabra a la que le puedes dar el significado que quieras, solo se trata de tu modo de verla , puedes verlo como algo hermoso o no, como algo que hace daño o que te completa o en mi caso, como algo que podemos controlar a nuestro antonjo.
-Vaya, quieres decir que utilizaste el amor que siento por tí para manipularme, utilizarme y tenerme a tus pies, linda declaración, solo te faltó la parte en donde dices que tanto como podemos controlar, podemos ser controlados.
-¿A qué te refieres?
-Pronto lo verás.
-Alex, esto es la mafia, aquí no hay espacio para el amor.
-No creo que amor y mafia sean la misma palabra ¿me equivoco?
-No, pero enamorarse en un mundo donde no sabes si morirás al otro día solo trae una cosa, dolor.
-Permíteme dudarlo.
-Te escucho.
-Dos personas en medio de la mafia deciden qué hacer, dos enamorados deciden vivir intensamente su amor dado que al otro día no saben que pasará, es cierto que en el mundo de la mafia las probabilidades de muerte son mayores pero el peligro también lo corren las personas normales, ellas se aman y disfrutan ese amor tranquilamente sin saber si al salir a la calle el destino les tiene preparado un accidente que acabará con sus vidas. Si estamos destinados a morir, lo haremos, con o sin mafia, así que no es excusa para no disfrutar de ese sentimiento.
-Nuestros puntos de vista son totalmente distintos.
-Lo sé pero tranquila, a partir de este momento, volvemos a ser rivales.
-Que así sea -afirmo y me acuesto a dormir.
   A la mañana siguiente, decido romper mi "rutina". Voy al baño y me pongo un vestido negro ajustado. Me maquillo un poco y me coloco frente al espejo.
-Hola, Avery, a partir de ahora no hay espacio para debilidad, amor ni lágrimas. A ser fuerte y demostrar de lo que eres capaz por defender a los tuyos y a ti -me digo a mí misma en voz alta. Salgo de la habitación y voy hacia la cocina donde están todos desayunando con silencio muy incómodo que yo decido romper sentandome al lado de Bianca.
-Buenos días, señoras y señores, tengo el placer de informarles que un amigo vendrá hoy a pasar el rato y -digo pero Alex me interrumpe.
-Qué bueno, estaré encantado -afirma.
-Shh cállate y no me interrumpas, como decía, también quería darles las gracias a todos por cuidar de mí -me mofo.
-Avery -dice Kieran pero lo interrumpo.
-Oh no, hermanito, quédate tranquilo, que mientras ustedes jueguen a ver de quién es la culpa, yo voy a vigilar que no les regalen un plomazo.
-¿De qué hablas? -pregunta Bryt.
-Avery ¿estás bien? -me pregunta Bianca.
-Bueno, ahora, si me disculpan, voy a desayunar -digo y empiezo a comerme mi desayuno. Ahora el silencio es más incómodo aún.
-Niñata, se te arruinó el vestido -exclama Alex.
-¿De qué hab...-digo mirándome el vestido pero Alex derrama su bebida encima de él. Avery, respira, no utilices tu pistola, vale, no es muy sensato recordarme a mí misma que llevo una asi que rápidamente saco la pistola que tengo debajo de mi vestido, con el seguro puesto, no se asusten y le apunto a Alex hacia el pecho.
-Ups fue un accidente -se mofa el imbécil.
-¿Alex, por qué hiciste eso? -cuestiona Leonardo.
-Tranquilo, seguro que solo está dolido -afirmo mirándo a Leonardo.
-Mejor no pregunto -dice Leo.
-Captas rápido, papá -asegura Alex.
-Alex ¿cómo te explico que a mi vestido no se le derraman las bebidas ni por accidente? -pregunto jugando con mi pistola y moviéndola por su pecho.
-Avery, aquí entre nosotros, sabes que tú jamás me dispararías.
-Uy, veo que estás muy seguro de eso.
-Demasiado.
-Si fuera tú, comenzaría a dudarlo.
-Si fuera tú, bajaría esa pistola, no creo que hagas mucho con el seguro puesto.
-Tienes razón, toma, ya está, sin seguro y con cinco balas ¿te regalo la primera? -digo con íronia.
-Mmm suena tentadora esa idea pero ¿qué tal si te la regalo yo a ti? -dice y siento su pistola presionarse contra mi vientre.
-Chicos cálmense -intermedia Kieran.
-Hermanito, no te metas o te dedico la próxima.
-No le digas eso al pobre, capaz que yo tenga que matarte antes de tiempo -se mofa Alex.
-¿Y si me acompañas a la tumba?
-Alex, Avery, ya basta -dice Bianca y ambos bajamos nuestras armas. Solo que aún nos miramos desafiantes.
-Esto no termina aquí, niñata.
-Tenlo por seguro, imbécil.
-Ay no, no esa rivalidad de nuevo -súplica Bryt.
-Al menos antes no se apuntaban con una pistola -se mofa Nat.
-Esto se pone interesante -afirma Jase.
-Podrían matarse -dice Kieran.
-No seas aguafiestas -le regaña Jase.
  Decido subir a mi habitación a cambiarme de ropa. Una vez que me cambié, siento que tocan la puerta.
-¿Quién es? -grito.
-Avery, fuera hay un chico llamado Mauro que dice que es tu amigo -grita Nat.
-Oh -digo abriendo la puerta de mi habitación.
-Te espera abajo.
-Gracias por avisarme.
-De nada -dice y se va.
   Bajo y lo veo parado en la puerta bajo la mirada intimidatoria de Alex.
-Hola ¿cómo estás? -digo con una sonrisa.
-Hola, estoy bien ¿y tú? -pregunta Mauro.
-Súper -digo abrazandolo.
-Oye, no es por ser indiscreto pero ese  que me está mirando como si me quisiera matar ¿quién es? -susurra Mauro.
-Ese es Alex D'Altrui.
-Ahora entiendo esa mirada -se burla.
-Hey -digo y yo también me río.
-Avery ¿no me presentas a tu amigo? -pregunta Alex.
-Bien, Mauro, él es Alex D'Altrui, Alex, él es Mauro DiAnyelli.
-Un placer -dice Mauro pero Alex lo ignora y se larga.
-Solo ignóralo ¿ok?
-Pensaba hacerlo de todas formas -dice y nos vamos hacia el salón.
-Avery ¿aún no tienes los papeles que necesita Ottavio?
-Aún no -respondo. Mauro parece de confianza pero llegados a este punto, es mejor no confiar en nadie.
-Bien -dice y nos pasamos la tarde entre risas. A eso de las cuatro se marcha por una llamada de Ottavio porque lo necesitaban.
   Me dirijo hacia el estudio de Bianca. Toco antes de entrar y me siento en una silla frente al escritorio, Bianca está al otro lado.
-Bianca, necesito hablar contigo.
-De acuerdo, mi niña ¿es sobre Alex?
-Oh no, no, sé que nuestra actitud en la mañana no estuvo bien, lo siento.
-No te preocupes, es normal por toda la presión que sufren.
-No, de verdad, no es eso.
-Avery, no todos los días una adolescente de diesiocho años descubre que es adoptada y que sus padres fueron unos de los mafiosos italianos más importantes por lo que eres una de las herederas de un imperio, es normal que te sientas rara.
-Muchas gracias, en realidad quiero preguntarle por unos papeles -digo y noto como se tensa aunque intenta disimularlo.
-¿Qué papeles?
 

Amor y Mafia (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora