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Después de manejar varios minutos llegaron, rápidamente Roberto sale del auto caminando en dirección a la puerta donde se encontraba Diego.

Abrió la puerta mirando seriamente al adolescente, este le miraba a los ojos con algo de temor pero con seriedad aún, sintió como Roberto le sujeto fuerte del brazo sacándolo del auto.

Iba a quejarse pero decidió callar ya que no quería hacerle enojar aun más de lo que ya estaba, al estar dentro del departamento fue sentado o más bien empujado al sofá donde miro como Roberto cerraba la puerta con seguro y las ventanas las tapaba con las cortinas.

-¿Qué haces?-

Pregunto mirando como cerraba todo.

Roberto se regreso hacia el y se coloco enfrente de el, mientras tenía los brazos cruzados.

-¿Por qué?, ¿por qué te fuiste sin avisar? ¿Por qué te fuiste con esas chicas? ¡¿Por qué mierda las estabas abrazando?!-

Grito lo ultimo con enojo mientras le sujetaba de los hombros.

Diego abrió los ojos por como le grito, iba responder pero simplemente se quejo de dolor, ya que Roberto le estaba sujetando fuertemente de los hombros.

Este se dio cuenta y le  soltó, pero aun pedía una explicación.

-No seas un aguafiestas, solo fui con ellas a por un café...-

Habla en bajo mirando hacia en otra dirección.

Roberto le escucha y acaricia entre medio de sus cejas, eso no quería escuchar así que le tomo por la cintura sintiendo como este se movía intentando liberarse.

-¡Hey! ¡¿Qué mierda haces?! ¡Sueltame!-

Pide Diego en gritos molestos.

Roberto le ignora y se sienta en el sofá con este encima, le coloca boca bajo dejando su mano derecha en la nuca del adolescente dejándolo inmóvil de esa zona.

-¿Roberto? ¿Qué piensas hacer?-

Pregunta con temor.

Nuevamente es ignorado por el mayor, quien con su otra mano libre la bajo hasta el botón del pantalón para desabotonar y bajar rápidamente el pantalón junto con el bóxer.

-¡Roberto!-

Gira un poco la cara de lado para ver lo que hacía, pudo ver su trasero al descubierto y sintió demasiado miedo de lo que podría pasarle.

Roberto conecto mirada con el, pudo ver el terror en sus ojos pero decidió ignorarlo y con su mano izquierda acarició levemente su trasero.

Diego rápidamente gira su rostro para no verlo, mierda, se sentía raro iba hablar pero lo único que salió de sus labios fue un quejido de dolor.

Roberto le había dado una nalgada fuerte, si que dolía, pensaba Diego; pedía internamente que se detuviera pero no era así. Apenas eso comenzaba para el.

-Te lo volveré a preguntar...¿Por qué mierda las estabas abrazando?-

Preguntó dejando caer su mano fuertemente en su trasero.

-¡Dd-duele! ¡Para!-

Grita tartamudeando un poco.

-Eso no es lo que quiero escuchar, responde Diego o esto se hará más largo-

Susurra en su oreja mientras masajea su trasero y aprieta levemente.

Al sentir su respiración cerca, le fue inevitable no dejar salir un leve gemido, sentía su rostro arder de vergüenza.

En cambio Roberto, se había quedado en shook un momento por aquel sonido el cual movió algo debajo suyo, movió su cabeza intentando no pensar en ello.

-Pp-para por favor-

Su voz se estaba quebrando poco a poco, eso hizo sentir mal a Roberto quien le quito de encima suyo y le dejo acostado en el sofá tapado con su chamarra.

Tomo las llaves del auto y salio de la casa, no quería estar ahí en ese momento junto a el, al entrar al auto se dio cuenta que tenis un gran problema en sus pantalones.

Diego escucho como el auto se alejaba poco a poco, tallo sus ojos los cuales tenían pequeñas lágrimas y quito la chamarra para ponerse el pantalón pero no podía moverse ya que su trasero dolía y mucho así que decidió dejársela en lo que el dolor pasaba.

ADOLESCENTE PROBLEMÁTICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora