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Como lo prometió el mayor, ambos se pasaron mirando películas en el sofá con acompañamientos de golosinas y bebidas. Todo aquello le gustaba al menor ya que se sentía consentido por este.

Mirando su celular se dio cuenta que ya casi eran las nueve, tenía que bañarse para ir a la fiesta de su mejor amigo; parándose del sofá y dejando al menor solo camino hasta las escaleras donde antes de poner un pie encima de ella escucho hablar al menor.

-¿A donde vas-

-Tengo que bañarme, no pienso ir todo sucio a la fiesta de Juan-

Responde obvio y se regresa para seguir si camino, llego al baño donde cerro la puerta con pestillo para después comenzar a quitarse la ropa quedando completamente desnudo y entrando a la ducha.

Relajo su cuerpo una vez el agua tibia cayo sobre su piel, lo necesitaba sí o sí ya que tenía que preparase mentalmente para lo que le diría a Diego por aquella pesada broma de hace horas.

Saliendo del baño con una toalla a su cintura, camino hasta su habitación para ir en busca de ropa limpia; se fijo antes de que el menor no estuviese ahí ya que no quería que le viera así de esa forma conociendo como era este.

Colocándose por ultimo los tenis se enderezó para ir hasta la mesa de noche frente a el, tomo el peine para comenzar a desenredar su cabello el cual ya estaba algo largo hasta un poco los hombros pero este al final se termino haciendo una coleta.

-¿Roberto?- preguntó Diego entrando al cuarto.

Su labio inferior cayó un poco mirando al mayor ya cambiado, se miraba atractivo ante los ojos de este; el mayor se giro hacia el y hablo:

-¿Qué pasa? Por cierto, vete bañando ya que después de que salgas nos vamos- comenta pasando por su lado.

Diego mirando salir a Roberto de la habitación decide hacer caso, ya que quería ir realmente a esa fiesta; quería beber cuando el mayor estuviese ebrio para que no le regañase.



-Estoy listo- Diego habla haciendo presencia en la sala.

Roberto toma las llaves de su auto y se gira para verle, mordió un poco su labio al verle bien arreglado; pero decidió no hacer caso a sus pensamientos sobre el menor. Sera su pareja y todo pero al final Diego seguía en el cuerpo de un chico de dieciséis años.

Salen de casa no sin antes cerrar con llave para que nadie puede se entrar, el primero en subir al auto fue Diego el cual estaba emocionado; Roberto le miro a través del vidrio del auto pensando en todo lo que tenía planeado.

Subiendo al auto y encendiéndolo manejo hasta la casa de su mejor amigo, por el camino era agradable para ambos. Diego venía tarareando una canción la cual se estaba reproduciendo por la radio del auto.

-¿Es lejos la casa de Juan?- preguntó Diego.

-Mmmm, algo-

-¿Pero cuanto tardaremos?- vuelve a preguntar mirándole.

-Aproximadamente....ya veremos-

Finaliza Roberto sin mirarle.

Algo enojado Diego, decide no mirarle, esa respuesta no le servía de nada así que no se molestaría en volver a preguntar. Recargando su cabeza en el vidrio comenzó a mirar por fuera de este que poco a poco las viviendas iban acabándose para solo ver terreno y faros de luz que guiaban su camino.

¿En serio por ahí vivía Juan? Vaya lugar más horrible, pensó Diego y miro como el auto se detuvo frente a una gran casa de la cual salia música reggaetonera.

ADOLESCENTE PROBLEMÁTICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora