Habíamos llegado a casa al fin, aún el auto estaba estacionado.
—¿Dónde están las llaves? —pregunté a mi madre.
—En la mochila.
—Aquí no hay nada.
—Ah... Creo que están en mi bolso, ¿o en mi chaqueta?
Bufé y quité mi cabello del rostro, salí del auto de Lee no sin antes darle las gracias. Pasé por enfrente y Mingi habló.
—¿No te vas a despedir de mí?
—No, te jodes.
Tomé el bolso de mi madre y encontré las llaves, abrí la puerta y esperé a mi madre quién aún no salía del auto.
—Adiós, chicos, gracias por traernos.
Bang estaba afuera de su auto mirándome. Rodé los ojos y me metí para ocultarme.
Mi madre se despidió de cada uno y luego se metió.
Iba a dejar que ella subiera primero las escaleras por si se caía o algo. Nosotras vivíamos hasta arriba y las escaleras de arriba eran un tanto estrechas que me daba miedo que le pasara algo.
—Sube anda.
—Súbete tú. —ordenó.
—Yo tengo las cosas, sube primero tú.
—Que no, sube.
—Maldición, ¡yo no soy la que está borracha!
Mi madre me miró mal y yo solo bufé, subí con rapidez las escaleras y me adentré a la casa. Miré a mi coneja durmiendo y suspiré.
Dejé las cosas en un lugar y comencé a cambiarme de ropa.
—Ahora, dime que hacías con Christopher.
Detuve mis acciones y tragué saliva.
—Ya te dije que nada.
Quería decirle, pero me encontraba en un dilema.
Uno; si le decía, podría castigarme por el resto de mi vida por seguir el beso y no decirle en el momento.
Dos; no me diría nada, pero las probabilidades de esto era una en un millón, no quería arriesgarme.Además, me encontraba molesta, conmigo y mi madre.
Principalmente conmigo, pues no debí haber seguido su estúpido juego.
Y con mi madre. Pues... No lo sé, sentía temor, y me sentía traicionada de alguna forma. Pensaba en, ¿cómo se pudo emborrachar y no cuidar de mí? Pero, ¿a quién quería culpar de mi idiotez? Solo buscaba culpables como una salida alternativa.
Esto solamente era mi culpa. Y de Bang, claro.
—¿Entonces porqué estaban tan juntos?
Suspiré y la miré.
Piensa en algo, rápido, o muere.
—Él se sentía mal, dijo que quería vomitar y solo se recargó en mi hombro, solo fue eso.
Pasé a su lado y me acosté en mi cama dándole la espalda y acaricié a Kookie. Mi coneja.
—¿Y Hyunjin qué, ah? Vi como se te quedaba viendo.
—Yo no puedo controlar quién me mira y quién no, ¿sabes?
—Estoy harta de tu actitud.
—Pues ya somos dos.
—Terminaste siendo igual que tus hermanos.
Aquellas palabras me hirieron, pues odiaba que me compararan con ellos.
Mi hermana... Bueno, no hacía falta decirlo, era muy grosera y convenenciera.
Mi hermano, desde los ocho años no sabíamos nada de él, pues vive con mi padre y las veces que mi madre lo buscaba solo recibía desprecio de su parte.
Yo dije que nunca iba a ser igual que ellos, que se olvidan de su hermana y no les importa lo que ella opine, porque por ser la menor no tenía voz ni voto. Cosa que nunca me importó y siempre quise alzar mi voz. Claramente nunca salió bien.
Para ellos yo siempre soy la consentida, cuando no. Solo ven lo malo de mí y no se dan cuenta de todo lo bueno que he hecho.
Sorbí mi nariz y me levanté.
—Bien, pues si estás harta de mí déjame ir.
—Tú no vas a ningún lado.
—No veo el caso de que sigas soportandome.
—¿Y a dónde vas a ir? ¿Con tu padre? —rió— Si no te habla, ¿crees que te va a recibir en su casa?
—Bien, entonces habla con Sara y me iré a vivir con ella.
Llamó a Sara y enseguida contestó.
—¿Ya llegaron?
—Ya, oye, necesito que hables con esta idiota porque se quiere ir de la casa.
Sara suspiró y aclaró su garganta.
—A ver, tranquilizate. ¿Ahora que pasó?
—Pues eso quisiera saber, de la nada quiere irse.
Reí y sorbí mi nariz.
—Pasamela.
—Aja. —hablé.
—¿Qué pasó?
—Pues que ella está muy borracha y me saca el tema de Hyunjin cuando nada que ver. Me saca más cosas comparandome, diciendo que está harta de mí y bueno. Quiero irme a vivir contigo.
—Agh, Hana, no puedes venir aquí, es la casa de mis suegros, no es mía. Además, estoy harta de que siempre me pongan a mí como su intermediaria. Perdón pero no.
—Bien, entonces tampoco cuento con tu apoyo, gracias.
Le devolví el celular a mi madre y tomé una chaqueta, quería estar sola tan siquiera ir a las escaleras estar un rato ahí. Pero mi madre no me dejó salir.
—No vas a ningún lado.
De pronto comenzó a llorar y se acostó en su cama.
—Mejor ya solo me muero y te dejo en paz. —rodé los ojos y sequé mis lágrimas, ahora vendría el chantajismo. Estaba harta de esto— Solo soy un estorbo, ninguno de mis hijos me quiere.
Amarré mi cabello en una coleta como pude debido a lo corto que estaba, hice a un lado mi flequillo y me senté a su lado, apagué la luz y me quedé ahí hasta que se quedara dormida.
No pude dormir el resto de la noche.
El peor día de mi vida.
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✧ OH MY, OH~!¹ | CHRISTOPHER BANG. ✧
Fiksi Penggemar❝ Se decía que la forma más fácil de matar a la tentación es terminar cediendo a ella. ❞ Cansada de ser la típica chica inocente e introvertida, Hana decide experimentar el peligro y la adrenalina de mano del amigo de su madre, Christopher Bang...