Drama Kings (DQ #2) [COMPLETA]

Capítulo 22: Bienvenida al club

Capítulo 22: Bienvenida al club

El tiempo había pasado lento entre ensayo y ensayo, pero, eventualmente, el día del estreno se acercaba y, antes de que me diese cuenta, faltaba sólo un día para la gran noche de apertura.

Estaba muerta de miedo, siendo honesta. Pero, por fortuna, escuché unos golpes en la puerta antes de que pudiese volverme loca con mis propios pensamientos.

—¡Guau, Scarlett!

—¡Oh, por Dios!

—¡Estás rubia! ¿Cómo ha pasado eso?

Acorté la distancia entre nosotros y me lancé en los brazos de Freddie en un fuerte abrazo, quien me sostuvo en sus brazos con una sonrisa, aun sin salir de su evidente asombro.

—¿No hay abrazo para mí?

Summer nos observaba luciendo como una niña caprichosa, por lo que extendí mis brazos y ella hizo lo propio, haciéndome reír. Me hice a un lado para que los chicos se adentren a mi departamento, que a estas alturas era un caos absoluto, pero ellos ni siquiera repararon en ello.

—No me avisaste que vendrías antes, Alfred —reproché, pero lo cierto es que no me molestaba en absoluto.

—He decidido venir un día antes para visitar la ciudad y, de paso, te veo un poco antes del gran día. Summer insistió en que sea una sorpresa.

—Pues acabo de volver del penúltimo ensayo general —les comenté, mientras tomaban asiento en el sillón de la sala—, así que de casualidad me han encontrado en casa. ¿Cuándo llegaste?

—Hace como una hora. Summer me fue a buscar al aeropuerto. ¿Pero podemos hablar del elefante en la habitación? ¡Rubia! ¡Tú!

—¿Por qué todo el mundo se sorprende tanto? —dije entre risas— Lo cierto es que necesitaba un cambio y el cabello suele ser la primera víctima.

—Debo admitir que te ves hermosa, aunque es diferente. Se siente... incorrecto —comentó, con una sonrisa.

—A mí me ha costado una semana acostumbrarme —acotó Summer.

Y, siendo honesta, a mí también. Me miraba al espejo y me costaba reconocer a quien me devolvía la mirada, pero fue cuestión de tiempo antes de que me encuentre a gusto conmigo misma. Aun así, notaba la mirada de extrañeza en el rostro de Freddie cada vez que me observaba, lo que me resultaba por demás gracioso.

Las personas experimentan con su cabello todo el tiempo, y es natural que así sea. Lo cierto era que, en mi caso, permití que algo tan trivial me definiera como persona.

—Creo que tu madre tendrá un patatús cuando te vea.

—Ni me digas, le conté por teléfono y por poco si se larga a llorar —me carcajeé—. El melodrama viene de familia, ¿eh?

Me puse de pie y me dirigí a la pequeña cocina de mi departamento, preguntándoles a mis invitados si querían alguna bebida. Summer se quejó un poco sobre mi falta de café y accedió a tomar un té, pero por otro lado Freddie se encontraba encantado al ver mi colección de té que crecía cada vez más.

—Oye, ¿no has traído a tu novia? —Pregunté socarrona, levantando las cejas de forma sugestiva una vez que Freddie dejó de preguntar sobre mi cabello.

—Pensé en invitarla, pero no ha podido venir.

Intercambiamos miradas con Summer, haciendo que el chico sacuda la cabeza en señal de desaprobación.

—¿Pueden actuar con un poco de madurez?

—Discúlpanos, profesor Robinson —dijo Summer con sorna.